Un asesinato pone al narcotráfico en el foco político en Francia: por qué supone un antes y un después

Hace una semana, dos sicarios acabaron con la vida de Mehdi Kessaci en Marsella. El joven, de 20 años, era hermano de Amine Kessaci, un conocido activista contra el narcotráfico que vive amenazado desde hace años.
El homicidio ha consternado al país: no es un ajuste de cuentas, sino un crimen de intimidación, y eso supone un salto importante en la amenaza que representa el crimen organizado en Francia, capaz ya de desafiar al Estado.
Las cifras son gruesas. El narcotráfico opera con la participación en Francia de 200.000 personas, genera una facturación anual estimada en unos 5.500 millones de euros y abastece de cocaína a 1,1 millones de consumidores, según datos de 2023 del Observatorio Francés de Drogas y Tendencias Adictivas (OFDT).
La preocupación se eleva, y el Gobierno se moviliza. El ministro del Interior, que se ha desplazado hasta Marsella este jueves, ha asegurado que el 1 de enero se pondrá en marcha un dispositivo “similar al del terrorismo” para hacer frente al narcotráfico.
- La nueva ley contra el narco está inspirada en las leyes italianas y prevé la implantación de una fiscalía especial para estos delitos, cárceles de alta seguridad para el aislamiento de este tipo de presos y un significativo endurecimiento de las penas.
©Foto: Samuel Aranda