
Europa se atasca entre la urgencia de apoyar a Ucrania y el temor a desafiar a Putin
La cuenta atrás del invierno vuelve a poner a Ucrania contra las cuerdas. Con la guerra enquistada y Putin negándose a negociar, el país necesita más que nunca ayuda militar y financiera. Este viernes, la llamada coalición de voluntarios —impulsada por Francia y el Reino Unido— se ha reunido en Londres para coordinar su estrategia de presión sobre Moscú.
- El primer ministro británico, Keir Starmer, ha anunciado un plan para reforzar la defensa aérea ucraniana y avanzar en el uso de los activos rusos congelados.
- La Unión Europea quería emplear parte de esos fondos soberanos para conceder un préstamo a Kiev y ayudarla a resistir la guerra, pero el plan, que pretendía movilizar unos 140.000 millones de euros, se ha atascado.
¿Por qué? Bélgica, que custodia la mayoría de esos activos, bloqueó el acuerdo en la última cumbre y abrió una grieta en la unidad europea.
- El primer ministro Bart De Wever considera que la propuesta de la Comisión Europea no ofrece garantías jurídicas suficientes y podría exponer al país a represalias de Moscú.
El contexto económico y energético. El frenazo llega mientras EE UU amplía sus sanciones contra las petroleras rusas Rosneft y Lukoil. Esta última aún opera refinerías en Bulgaria, Rumania y Países Bajos, un hecho que vuelve a situar la dependencia energética en el centro del debate europeo.
La advertencia de Víktor Yúshchenko. El expresidente ucraniano rechaza cualquier intento de negociación con el líder ruso: “Apaciguar a Putin no sirve de nada”. Considera que solo el apoyo militar y la presión internacional —especialmente sobre China— podrán poner fin a la guerra.
©Foto: Serhii Masin (Anadolu vía Getty Images)