VIOLENCIA MACHISTA
El centro que gestiona las pulseras antimaltrato intentó ocultar al Gobierno su mal funcionamiento poniendo en riesgo a las víctimas

La supervisora del centro Cometa, el encargado de gestionar el funcionamiento de las pulseras antimaltrato, trató de ocultar cientos de alertas de baterías bajas sin gestionar durante una visita de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género al centro en septiembre de 2024.
- La supervisora escribió a los empleados que cerraran señales de baterías bajas de los dispositivos sin cumplir con los pasos establecidos porque “de cara a la visita” había “que darle un empujón”.
¿Cómo debería haber actuado? El protocolo para proteger a las víctimas es claro:
- Si una víctima se queda sin batería o apaga el dispositivo, a Cometa le entra una señal (SSC) y se la vuelve a llamar y, en caso de no haber respuesta, se da aviso a la policía en 24 horas.
- En el caso de los agresores, la señal de batería baja implica una llamada inmediata al agresor y después se actúa según responda o no y el tiempo que tarde en ponerla a cargar.
¿Y qué pasó ese día? Que la supervisora pidió ignorar estas señales para dar buena imagen a la Delegación del Gobierno, sin tener en cuenta los riesgos.
- Un extécnico ha explicado que por entonces era habitual esperar a que los agresores pusieran las pulseras en carga sin decirles nada o a que se apagara para, entonces sí, gestionarlo de forma prioritaria.
- Además, narra como pese a las “trampas”, tenían 163 alertas por gestionar y antes del cambio de adjudicataria había “10, 15 como mucho”.
- Otro extécnico apunta a que “la máxima de la empresa [Securitas] siempre fue minimizar números para enmascarar la mala calidad del servicio”.
©Foto: Fernando Alvarado (EFE)