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Alicia nunca pudo hablar en sus seis años de vida hasta que entró en un coro y empezó a cantar: “No voy a callar nunca”

Las clases en el coro ArteSí con menores vulnerables ayudaron a una niña con un trastorno del lenguaje a sobreponerse a su diagnóstico y cantar con normalidad

Nadie la había escuchado pronunciar una palabra en los seis años que tiene de vida. Llamémosla Alicia. Solo se comunicaba con su familia a través de tímidos ruidos porque sufre un trastorno del lenguaje. Durante varios meses había trabajado con los servicios de atención psicológica de la asociación Olvidados, pero la terapia no logró que superase la barrera a la que se enfrentaba. La habían incorporado desde enero de 2025 a un coro musical, ArteSí se llama, en el que trabajó junto a niños y niñas de 5 a 15 años, donde gesticulaba aunque no saliera de su boca una sílaba. Simulaba cantar, parecía vocalizar, pero nadie escuchaba su voz. Esa voz.

Hasta que llegó un día. Fue en mayo. El coro había organizado un concierto abierto al público en el que las nueve alumnas que entonces componían la agrupación podían demostrar todo lo que habían aprendido durante el curso. La encargada del coro, la violinista y profesora de Primaria Melissa Castillo, le dio una frase para que hiciera un solo a cada niña y le preguntó también a Alicia si quería hacerlo, y ella asintió con la cabeza.

“Al decirme que sí, yo confié ciegamente en ella”. La maestra nunca la había escuchado cantar en los ensayos, pero no perdió la esperanza. Le dio su frase.

Llegado el momento, tal y como habían acordado, una compañera le pasó el micrófono a Alicia. Y todos escucharon su voz. Cantó “también de dolor se canta llorona, cuando llorar ya no se puede”.

“Cuando llegó su frase se puso a cantar ella sola”, relata Castillo emocionada. Ese verso de la canción mexicana La Llorona fueron las primeras palabras que pronunció Alicia a sus seis años de vida. Aquella interpretación musical fue un paso de gigante en el camino para superar el trastorno del lenguaje que padece. “Me gusta mucho hablar, no voy a callar nunca, nunca y nunca”, afirmó ella misma con una dicción casi perfecta un mes después de haber cantado La Llorona.

Pocas personas son conscientes de que poder comunicarse verbalmente con el resto del mundo es un privilegio, pero pronunciar una frase ordenada con sus vocales y sus consonantes puede ser un auténtico rompecabezas para personas que sufren algún trastorno del lenguaje, como le ocurre a Alicia. La profesora Castillo ya conocía su caso desde hacía meses. “Había trabajado con ella de forma individual, pero nunca la había escuchado hablar. Me pareció que podría encajar muy bien en el grupo”, recuerda. La violinista fundó el coro en julio de 2017 después de haber trabajado con menores sirios refugiados en Grecia. “De aquel viaje salió un trabajo audiovisual con niños refugiados que fue muy bonito y que nos dio pie a comenzar este proyecto estable aquí en Madrid”, relata. La doctora en Psicología Silvia Álava señala que la música es “un excelente facilitador emocional” y que contribuye a manejar los sentimientos: “Ahí se van a desarrollar unas habilidades emocionales que pueden ser muy importantes porque se está trabajando toda esa parte de gestión y regulación de la emoción, de esos nervios y de esa ansiedad”.

Los 20 niños de entre 5 y 15 años que integran el coro ArteSí desprenden un brillo especial, una mezcla entre la seguridad de quien confía en sí mismo y la inocencia propia de la infancia. Un equilibrio perfecto que han conquistado después de meses de trabajo con la ayuda de su profesora de música. “Ha sido un proceso donde yo he visto un cambio muy grande porque al principio [los niños] llegaron con poca seguridad y, con el tiempo, se han abierto completamente a su entorno”, matiza la violinista. Y la principal protagonista de esa evolución ha sido Alicia.

A partir de ahí empezó a ir mucho más alegre a los ensayos y en la asociación percibieron que Alicia se sentía parte activa del coro. “Este curso hemos vuelto a contar con ella. En las sesiones de terapia habla, se ríe con nosotros y hace frases perfectamente formadas. Es una niña maravillosa, empática, sensible y creemos que va a superar al 100% el diagnóstico que tiene”, afirma Castillo. La doctora en Psicología Silvia Álava explica que tener esa “red de apoyo” con los iguales puede ser “un factor protector” de la salud mental. “Un coro donde se puedan reunir los niños puede tener muchos efectos positivos”, agrega. Lanzarse a hablar en público o, en este caso, cantar, puede ayudar a canalizar esos nervios y esa ansiedad.

La metodología de trabajo de Melissa Castillo no se limita exclusivamente a aspectos musicales, sino que también aborda la parte cognitiva, el juego, y, en general, la artística. “Hacemos actividades de autoconocimiento, de fomentar su confianza y su sensación de pertenencia a un grupo”. En el proceso de aprendizaje también desempeñan un papel importante las familias y por ese motivo la asociación establece un contacto muy cercano con los padres de los niños y adolescentes que componen ArteSí. “Trato de darles herramientas que les permitan construir un entorno familiar más establece y que todos estén mejor”, asegura Castillo.

La historia de superación de Alicia es una muestra de lo que representa para los niños del coro ArteSí poder participar en ese proyecto de la asociación Olvidados. “Nosotros vemos continuamente que los resultados del arte llegan de una manera muy profunda a los niños”, destaca la vocal de la organización, Nereida Coig. La enseñanza que reciben los menores no solo es un aprendizaje para ellos, sino también para las personas que les dan clase, como explica Castillo: “Para mí el poder trabajar con ellas es un privilegio porque son personas que me enseñan cada día a poder avanzar”. Además del grupo musical, Olvidados también impulsa Alas, un proyecto de estimulación temprana e infantil que cuenta con apoyo psicológico, destinado a menores de familias desfavorecidas. Hoy atienden a 30 niños —de entre 4 meses y 12 años—, con diferentes dificultades: retraso madurativo, dislexia, lenguaje pobre y/o tardío, alteraciones en la atención, impulsividad, hiperactividad, hipersensibilidad o autismo, entre otros diagnósticos.

El último capítulo de esa colaboración mutua entre los niños del coro ArteSí y la asociación ha sido versionar la canción Niño sin miedo junto a dos de sus compositores: David Santiesteban e India Martínez. “Desde que se lo comentamos a India su colaboración ha sido extraordinaria, ha sido una entrega absoluta, el proyecto le ha gustado muchísimo”, cuenta Coig. A través de esa iniciativa, la asociación busca dar a conocer el coro en Madrid y conseguir el apoyo de más artistas para grabar un futuro disco. Todo enfocado en seguir fomentando el aprendizaje y el desarrollo de niños y niñas como Alicia a través de la música.

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