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Las personas no binarias son obligadas a definirse hombre o mujer en las listas electorales: “No existimos”

La Junta Electoral Central concluye que la identificación del sexo de los candidatos “debe coincidir con la expresada en el DNI”

No hay sitio para las personas no binarias en las listas electorales. Al menos, no como tales. Mientras no se reconozca un tercer sexo en el ámbito registral, deberán declararse como hombres o mujeres para optar a ser elegidos. Lo acaba de poner negro sobre blanco la Junta Electoral Central (JEC) en una instrucción publicada este noviembre en el Boletín Oficial del Estado (BOE) tras una pregunta planteada por Izquierda Unida: “Las candidaturas electorales deben incluir junto al nombre y apellido de los candidatos y candidatas la referencia, que coincidirá con la expresada en el DNI, a si se trata de un hombre o una mujer, sin que quepa sustituirla por ninguna otra mención relativa a la orientación sexual, identidad sexual o expresión de género”, se lee. Esta decisión refuerza la paridad en las listas electorales al mismo tiempo que provoca desazón entre las personas no binarias, aquellas cuya identidad y/o expresión de género trasciende el binarismo, no se definen como hombre ni como mujer, ni dentro de los límites de lo masculino o lo femenino.

“Nos sorprende, sigue la lógica de que no existimos”, dice Alana Speck, una persona alemana no binaria afincada en Sevilla, e integrada en la asociación Sexualiarte, y a la que la justicia española ha reconocido el derecho a registrarse en Extranjería con una tercera opción que coincide con la que refleja su pasaporte alemán. “Mi sexo legal en España es indefinido”, recalca. “Yo podría presentarme a las elecciones municipales y europeas en España, como ciudadana de la Unión Europea. Y como yo hay más personas”, plantea. “Entonces, ¿qué hacen? Ignorar una realidad que ya existe en España. El problema es que tanto la ley trans como esta instrucción ignoran el derecho internacional”.

Speck recuerda que el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas expresó en julio su “preocupación” por el no reconocimiento de las identidades no binarias en España. En ese balance se recogía expresamente que la conocida como ley trans (la 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y la garantía de los derechos de las personas LGTBI) solo distingue entre hombre y mujer, lo que “expone a las personas no binarias a situaciones de discriminación en diversos ámbitos, incluidos los espacios públicos y de ocio, el sistema educativo, los servicios de salud y el empleo, entre otros”. La norma no prevé herramientas para reconocer legalmente a las personas no binarias, ni tampoco para estudiar cómo encajarlas en el ordenamiento jurídico español. Además, fue rechazada la enmienda de varios grupos políticos para que los no binarios omitieran cualquier mención a su género en los documentos oficiales.

No es algo anecdótico. Del estudio “Estado LGTBI+ 2025” de la Federación Estatal LGTBI+, que señala que el 8,5% del colectivo LGTBI+ se identifica o se siente como “no binarie”, se puede extrapolar que alrededor de 400.000 personas se declaran así en España.

En ese contexto, Blue Rodríguez, comunicador de 25 años y activista, sostiene que la instrucción de la JEC es “un sinsentido total y absoluto”, sobre todo aplicada al ámbito político, donde, dice, “la realidad de las personas debería reflejarse tal cual es”. Explica que su identidad atraviesa cualquier forma de participación pública y que medidas como esta consolidan un mensaje de exclusión: “En el momento en el que quiera militar activamente, se me obligará a ocultar una parte esencial de mi identidad personal y política”.

Andrea Speck

Rodríguez se ubicó fuera del binarismo a los 17 años, después de una crisis de identidad y de iniciar un proceso de búsqueda sin referentes; conoce bien lo que supone crecer sin un espejo en el que mirarse. Por eso, considera imprescindible que existan figuras no binarias visibles en la política y recuerda a referentes trans como Carla Antonelli que “abrieron la puerta para que otras muchas personas trans se sintieran válidas” y con la posibilidad de ocupar espacios de poder. “Visibilizarse ya es un acto político. Hacerlo desde un cargo público es aún más importante”, resume.

Para Darko de Fimavilla, activista de 37 años, la decisión supone “un retroceso” y “un ataque contra los derechos humanos”, especialmente teniendo en cuenta que “hay un montón de países que ya reconocen las identidades no binarias y que incluso en el pasaporte, que es un documento internacional, está reconocida una tercera casilla”. Cree que esto afectará sobre todo a partidos de izquierdas —“la derecha ni siquiera contempla que existan las personas no binarias”— y recuerda que en varios espacios se ha debatido cómo encajar estas identidades en los sistemas de paridad. Tiene claro que “un puesto de una persona no binaria jamás puede ir en detrimento de los derechos de las mujeres” y defiende que debe existir una cuota específica para personas no binarias que se reste siempre del lado de los hombres.

En lo personal, Darko sabe bien qué implica la falta de reconocimiento. En unas elecciones anteriores, antes de cambiar su nombre en el DNI, la JEC le obligó a aparecer en las listas con su dead name, su nombre anterior, dejando su nombre real entre paréntesis.

“Esto afecta mucho a la salud mental de las personas no binarias y hace que muchas veces no queramos acceder a ciertos espacios, en concreto a la política institucional, precisamente, por miedo a sufrir violencia”, explica sobre la instrucción de la JEC, que recuerda que la Ley de Paridad establece que las listas electorales deben configurarse por personas de uno u otro sexo ordenadas de forma alternativa. Además, el organismo señala que el Registro Civil obliga a que en la inscripción del nacimiento conste si el recién nacido es varón o mujer; y que la ley trans no hace referencia a que puedan darse, al menos en las inscripciones registrales, más sexos que el femenino y el masculino.

“Parece conveniente mantener el criterio expresado en la Instrucción 5/2007″, concluye, en consecuencia, el organismo que vela por la limpieza de las elecciones sobre el criterio de especificar si el candidato es hombre o mujer.

Pregunta de Izquierda Unida

La JEC no se había pronunciado sobre esta cuestión tras la aprobación de la ley de Igualdad de 2024. “Yo creo que es la primera vez”, fotografía un integrante del organismo consultado por EL PAÍS. Todo empieza con una pregunta que Izquierda Unida registra en septiembre, según documentación a la que accedió este diario. “En caso de que existan personas no binarias en una candidatura, ¿cómo se debe interpretar el permiso de alternancia y paridad para no perjudicar a estas personas ni vulnerar los derechos de las mujeres?“.

Así contesta el órgano encargado de velar por la limpieza de las elecciones y el cumplimiento de la ley electoral. “Parece conveniente aclarar la interpretación de la regla de alternancia y paridad en el caso de que existan personas no binarias en la candidatura“, se lee. “La ausencia total de alguna referencia legal a una tercera denominación de sexo parece indicar que la ley no prevé que puedan darse, al menos en las inscripciones registrales, más sexos que el femenino y el masculino”, añade. Por ello, en ausencia de una regulación específica que reconozca un tercer sexo en el ámbito registral, “la identificación del sexo en la lista de candidatos debe coincidir con la correspondiente mención expresada en el DNI”.

No es un dato menor. Precisamente, Sumar, socio minoritario en el Gobierno, presentó en abril una proposición de ley para el reconocimiento del género no binario, además de la realidad intersexual, y poder incluirlo en el DNI. Esa iniciativa está a la espera de ser valorada para su toma en consideración por el pleno tras manifestar el ejecutivo al completo su criterio sobre la misma, según consta en la web de la Cámara Baja.

“Ser intersexual o persona no binaria en 2025 sigue siendo vivir en un mundo que ha establecido que hay que elegir entre solo dos casillas, y eso supone silenciar la verdadera identidad de muchísimas personas”, razonó al presentar la iniciativa Verónica Martínez Barbero, la portavoz de Sumar en el Congreso. Una situación que ahora se consolida en las listas electorales. Así ven en esta formación la decisión de la JEC: “Se refuerza la paridad, lo cual apoyamos sin duda, pero se sigue dejando fuera a miles de personas que no se sienten ni hombre ni mujer. En pleno siglo XXI, eso hay que cambiarlo”.

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