El jurado popular declara culpable por unanimidad al acusado de matar a tres hermanos en Morata de Tajuña
La Fiscal pide 36 años de prisión frete a los 30 solicitados por la defensa, al contemplar la atenuante leve de “trastorno paranoide”


De nada le ha servido a Dilawar Hussain, paquistaní de 45 años, confesar que “golpeó en la cabeza” hasta la muerte a Ángeles, Amelia y Pepe Gutiérrez Ayuso el 17 de diciembre de 2023. Y de poco, alegar que lo hizo porque “escuchaba voces”. El jurado popular le ha declarado este jueves culpable por unanimidad del triple asesinato de los tres ancianos. Tan solo han considerado la atenuante de trastorno paranoide en grado leve y sin que afectara a las capacidades volitivas del acusado, al que consideran que actuó “consciente de que lo que hacía estaba mal” y tras haber “madurado el crimen” durante los ocho meses que estuvo en la cárcel por agredir con un martillo a una de las hermanas.
Las Fiscal solicita, considerando el agravante del trastorno paranoide leve, 36 años para Hussein, mientras que la defensa, pide que se aplique el mínimo en el grado: 30 años en total, diez por cada una de las muertes. El juicio ha quedado este jueves visto para sentencia. Será el presidente del tribunal el que establezca en la sentencia la pena que corresponda a Dilawar Hussein, que tiene aún otro juicio pendiente por asesinar (también a golpes) a su compañero de celda, al mes de ser encarcelado por este triple crimen.
Por la sala de la Audiencia Provincial de Madrid pasaron esta semana los investigadores de homicidios de la Guardia Civil, que explicaron que el 17 de enero de 2024 acudieron al domicilio de los tres ancianos octogenarios en Morata de Tajuña, alertados por los vecinos que aseguraban no ver a sus vecinos desde hacía un mes. Tras franquear las dos puertas de la casa, la del jardín y la de la vivienda, se encontraron tres cadáveres con un número indeterminado de enseres encima en forma de pira a la que alguien había prendido fuego, describieron. Una rápida indagación posterior y las tomas de declaración a los vecinos convirtieron a Hussein en el sospechoso número uno desde el día siguiente al hallazgo de los cuerpos.
Las ancianas, atrapadas en una estafa amorosa con dos presuntos soldados americanos que luchaban en Afganistán, le habían pedido dinero a diferentes personas y vecinos, también a Dilawar Hussein, al que conocían porque regentaba un locutorio en la localidad madrileña. La deuda, agrandada por los intereses desmesurados impuestos por el acusado, ascendía a 60.000 euros.
La muerte de la madre del acusado en Paquistán en febrero de 2023 y la imposibilidad de enviarle dinero para su cura, llevaron a Hussein a culpar a las ancianas de la muerte de su madre, hasta el punto de que agredió a Amelia con un martillo en la cabeza e ingresó en prisión y posteriormente salió con una orden de alejamiento.
Hussein, que merodeó por la casa de Morata cuando se enteró de que habían sido encontrados los cuerpos, se entregó en el cuartel de la Guardia Civil de Arganda el 21 de enero de 2024 a las 22.55 de la noche.
- ¿Has oído hablar de los tres hermanos muertos en Morata de Tajuña?, le preguntó directamente al guardia de la puerta.
- Sí, claro, ¿Qué ocurre?, contestó el agente.
- He sido yo, dijo Dilawar.
Es el relato de lo que ocurrió según lo declarado en el juicio por los dos agentes que se encontraban aquella noche de guardia. Al día siguiente Dilawar Hussein era detenido por el triple crimen.
Los estudios forenses de la investigación judicial posterior confirmaron que los tres hermanos murieron a causa de los violentos golpes en la cabeza que habían recibido con una especie de barra pesada, que les habrían provocado traumatismos craneoencefálicos severos. El arma homicida nunca fue encontrada, pese a que Dilawar le dijo a los investigadores donde supuestamente la había arrojado.
Los posicionamientos del teléfono de Dilawar, también analizados, le ubicaban en un lugar muy próximo a la casa el día de los hechos, el 17 de diciembre, y también dos días después, cuando reconoció que regresó para quemar los cuerpos. Y también en los días posteriores al inicio de la investigación de la Guardia Civil, alertado por las noticias de la prensa.
Por todo ello, el jurado no ha considerado acreditada su confesión sincera, ya que entienden que se entregó in extremis, sabiéndose ya investigado por el triple asesinato y acorralado. El acusado ha reconocido en el juicio que no huyó de España tras asesinar a los tres hermanos “porque no tenía dinero”.
Regresar al lugar del crimen
Entiende el jurado que sus capacidades volitivas estaban solo levemente afectadas, porque regresó al lugar del crimen para tratar de eliminar los cuerpos y borrar sus huellas a los dos días del crimen, y lo hizo también cuando se supo investigado.
En los estudios psiquiátricos y psicológicos aportados en el juicio “no se evidencia ninguna psicopatía psicótica” y asumen que el acusado “sabe lo que está haciendo” en todo momento. Por eso, pese a que Dilawar declaró en la sala que mató a las ancianas y a su hermano discapacitado porque “escuchaba voces” y las culpaba de la muerte de su madre por no pagarle los supuestos 60.000 euros adeudados, el jurado solo ha estimado parcialmente esta atenuante.
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