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Seis heridos leves por el descarrilamiento de un tren de Cercanías en San Fernando de Henares

La circulación de varias líneas se ha visto afectada por el suceso, por lo que Renfe ha puesto un servicio de autobús lanzadera entre el municipio madrileño y Guadalajara

Seis personas han resultado heridas de levedad en el descarrilamiento de un tren de la red de Cercanías de Madrid este lunes sobre las 15.26, cerca de la estación de San Fernando de Henares. El último vagón del tren, de un total de cinco, se salió de la vía sin que hayan ocurrido daños personales de gravedad, según ha informado un portavoz de Emergencias de la Comunidad de Madrid. El descarrilamiento se produjo, aparentemente, por un problema en los ejes del tren, según informa un portavoz del Ministerio de Transportes.

El suceso ha ocurrido cuando el tren de Cercanías número 21541, que hacía el recorrido Guadalajara - Chamartín por la vía 1 de la estación de San Fernando de Henares, se salió el eje. Hasta el lugar se desplazaron cuatro dotaciones del Summa 112 y varias del cuerpo de bomberos de la Comunidad de Madrid, quienes pidieron a las 15.53 el corte urgente de tensión en la estación, según informa un portavoz de Renfe.

“Esto está abandonado, desde que instalaron las vías en los años 90 no las han tocado”, critica Santiago Víctor, de 49 años, que coge esa línea a diario en la estación de San Fernando para ir a trabajar. Justo este lunes libraba, pero se ha acercado a las vías para ver el tren con un vagón descarrilado, que permanece parado.

Cuando los efectivos de Emergencias llegaron, el tren ya había sido desalojado en su totalidad y los pasajeros se encontraban a salvo. En el lugar atendieron a seis personas, cuatro de ellas dadas de alta al momento. Las otras dos, una mujer de 53 años y otra de unos 40, fueron trasladadas hacia el Hospital del Henares, ambas con heridas leves también.

El alcalde de la localidad, Javier Corpa, se presentó poco después en el lugar del incidente para constatar “que no había heridos de gravedad” y que se estaban estudiando las causas del descarrilamiento. “Quiero agradecer la coordinada y rápida respuesta de los servicios de Emergencias, de las ambulancias que se han personado en poco tiempo en la estación, así como de la intervención de Policía Local de Coslada y San Fernando y también de Policía Nacional y de Bomberos”, ha dicho en un audio compartido en las redes sociales del consistorio.

Como consecuencia del accidente, la circulación de trenes se encuentra suspendida al paso por la estación en ambos sentido. Las líneas afectadas son la C-2 (Guadalajara-Chamartín), la C-7 (Alcalá de Henares-Príncipe Pío) y la C-8 (Guadalajara-Villalba), con “demoras y detenciones prolongadas”. A las 17.55 se restableció la tensión en vías 3 y 5 de San Fernando de Henares, en vía G1 y G2 entre Torrejón de Ardoz y San Fernando de Henares, según ha indicado el portavoz de Transportes.

Los trenes procedentes de Atocha efectúan el recorrido Chamartín-Fuente de la Mora, “donde se podrá continuar recorrido hasta Guadalajara efectuando paradas en todas las estaciones, en ambos sentidos”, según informa Cercanías Madrid. Los trenes desde Atocha circulan hasta la estación de Coslada donde rotarán sentido Atocha-Chamartín.

Para paliar el caos que provoca esta situación, Renfe ha habilitado un servicio especial de autobuses lanzadera, sin paradas intermedias, entre las estaciones de Vicálvaro y Alcalá de Henares, en ambos sentidos y ha informado de que, junto a Adif, trabaja para retomar la circulación lo antes posible mientras se investigan las posibles causas de este descarrilamiento.

A las puertas de la estación se han reunido esta tarde un grupo de unas 40 personas. Un operario les ha informado de que solo pueden entrar aquellos que vayan en dirección a Chamartín. No es el caso de Adrián García ni de Óscar Risueño. Ambos se dirigían a Torrejón de Ardoz, y debían tomar justo la línea en la que ha descarrilado el tren. Se han quedado varados en San Fernando y creían que aquí habría lanzaderas que les llevaran a su destino, sin embargo, les han dicho que para ir tendrían que pasar antes por Avenida de América y que, en total, se demorarían dos horas en llegar a su destino. No se conocen, pero comentan entre ellos qué van a hacer.

“Al final me va a recoger mi madre”, señala Risueño mientras mira el móvil. “Pues nada, la A-2 está atascada”, dice al rato después de mirar otra vez el móvil.

La Comunidad de Madrid ha cargado contra el Gobierno central por el descarrilamiento. El consejero de Presidencia, Miguel Ángel García Martín, ha exigido al Ejecutivo de Pedro Sánchez que “se tome en serio la seguridad de Cercanías y el sistema ferroviario de nuestro país”. “Esto no puede volver a ocurrir”, ha reclamado.

Martín ha informado de que el Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM) ha intervenido para garantizar la movilidad en la zona afectada incrementando los autobuses interurbanos que prestan servicio en las líneas 281 y 287, que conectan la capital con los municipios del Corredor del Henares. “En total, se ha reforzado con cinco autobuses y un jefe de tráfico desplazado hasta la zona para organizar el servicio y poder atender toda la demanda provocada por la interrupción del servicio ferroviario”.

Además, han asegurado que Metro de Madrid también ha aumentado un 10% la frecuencia de trenes en la Línea 9 de Metro de Madrid y ha incrementado el personal de atención al usuario en las estaciones con mayor demanda de viajeros.

El delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, también se ha quejado de la gestión del Ejecutivo central. “Llevamos tiempo avisando: la incompetencia de Sánchez y Puente en la gestión de Cercanías no es una cuestión de puntualidad. Es un problema de seguridad”, ha escrito en su cuenta de X. Carabante ha asegurado que “la falta de inversión” ha sido la causante del descarrilamiento y ha señalado que el presidente del Gobierno y el ministro de Transportes son los responsables de los heridos.

Sobre las 20.00, otras 30 personas esperan en el único andén abierto de la estación de San Fernando, la isleta que queda entre dos vías en cada sentido. Todo el mundo está en silencio, los pocos asientos están ocupados. Nadie sabe exactamente cuándo va a pasar el único tren que pasa, en dirección a Chamartín. “Pueden ser 15 minutos o puede ser una hora”, señala un guardia de seguridad de Renfe, que para administrar el tráfico de viajeros pregunta a todo el que quiere pasar a la estación a donde se dirige y, si no es a esa estación del norte de Madrid, les prohíbe el paso.

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