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Planes para un Madrid que no cierra por vacaciones: de una azotea con vistas reales a un cine escondido

Tres escapadas urbanas para disfrutar de esa calma rara que solo se da en verano

Vistas desde la azotea del Palacio de los Duques Gran Meliá, en una imagen cedida.
Lucía Franco

Quienes se quedan en agosto lo saben. Sin colas, sin ruido, sin prisas, la ciudad baja el volumen, pero no se apaga. Es ahora cuando aparecen los planes tranquilos, los espacios con sombra, las terrazas sin reserva previa y los bocatas que saben a premio. Agosto en Madrid tiene algo de secreto compartido: no hay mar, pero hay treguas.

Esta semana, Madrid te enreda propone tres escapadas urbanas para disfrutar de esa calma rara que solo se da en verano. En el Palacio de los Duques Gran Meliá, el mirador se convierte en un refugio con piscina, camas balinesas y vistas al Palacio Real. En el UMusic Hotel, el histórico Teatro Albéniz se transforma en sala de cine con clásicos españoles, aire acondicionado y vermú. Y en Chamberí, Apetito reivindica el bocadillo bien hecho, el producto local y las meriendas improvisadas en Olavide. Tres maneras de aprovechar que Madrid, en agosto, es otra ciudad. Más amable, más lenta y, por momentos, más tuya.

Lujo y calma en el centro

El Hotel Palacio de los Duques Gran Meliá, ubicado entre la plaza de Oriente y la Gran Vía, abre al público su renovada azotea con una propuesta pensada para quienes buscan un respiro de lujo en el centro de Madrid.

El plan es perfecto para sentirse de vacaciones sin salir de la ciudad, ideal para compartir con pareja o amigos, con vistas a la Almudena, camas balinesas y el cielo de Madrid como única pantalla. El Mirador de los Duques lanza este verano su Sunset Experience, disponible de 20.00 a 00.00 por 30 euros por persona. El acceso incluye piscina, jacuzzi, zona de relax y una bebida de cortesía. No hay masificaciones ni colas ni música a todo volumen: aquí todo es calma.

Quienes quieran alargar el plan o disfrutarlo en otros horarios, pueden reservar alguno de los parquetes Bali Experience, que van desde los 250 euros para dos personas. Incluyen cama balinesa, set de piscina, fruta fresca y champán (Chandon o Ruinart, según el pack).

El espacio cuenta también con servicio de barra hasta las 23.00 con cócteles exclusivos, zumos naturales y bebidas premium. Abajo, el hotel esconde un jardín histórico de más de 1.000 metros cuadrados, un spa y una neotaberna con tapas entre las 16.00 y las 20.00. Todo, en un antiguo palacio isabelino del siglo XIX inspirado en Velázquez.

El Teatro Albéniz se transforma en sala de verano

Cine de verano del hotel UMusic en el Teatro Albéniz, en una foto cedida.

El UMusic Hotel Madrid convierte el histórico Teatro Albéniz se ha convertido este verano en un refugio contra el calor y a favor del cine español. La iniciativa forma parte del programa Refúgiate en la Cultura del Ayuntamiento de Madrid y transforma este icónico espacio en una sala donde se proyectan títulos imprescindibles del cine nacional.

Hay ciclos temáticos cada semana: comenzó con películas LGTBI durante el Orgullo (Las cosas del querer, Sobreviviré y Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí) y siguió con un homenaje a Álex de la Iglesia. Después han llegado las comedias populares de Mariano Ozores, un ciclo familiar con Mortadelo y Filemón y La guerra de los niños, y hasta un recorrido por los Goya, con clásicos como Tesis, El milagro de P. Tinto o Mar adentro. Aunque en principio la experiencia iba a terminar en julio, finalmente habrá cine hasta el 15 de agosto.

Las sesiones son de lunes a viernes a las 15.00 y los fines de semana, a las 12.30. Entre semana, la entrada es gratuita; viernes, sábados y domingos cuesta 5 euros e incluye vermú cortesía de Bendito Vermut.

Si alguien se anima a algo más, también se puede disfrutar de la piscina de un espacio que este otoño estrenará también la versión inmersiva de Cabaret.

Bocadillos con acento local y sin tonterías

Nuria Robleño en su local Apetito, en el barrio de Chamberí, en una foto cedida.

“No es otro specialty coffee”. Así lo dice, sin rodeos, el cartel que cuelga en la puerta de Apetito, el nuevo local de Chamberí donde los bocadillos mandan y el pan cruje de verdad. Detrás del proyecto están Nuria Robleño y su socia, Lucía Avendaño, que decidieron reivindicar el producto español desde algo tan básico como un buen embutido. “Queríamos hacer algo sencillo, pero muy cuidado. Un sitio bonito donde comerte un bocadillo con producto nacional de calidad y sin sentir que estás pidiendo un favor”, explica Robleño.

La idea nació con las tablas de embutidos que Robleño siempre ponía en casa “cuando venía gente”, y evolucionó hasta un concepto híbrido entre colmado, bar, take away y visita improvisada. Todo está hecho en casa: panes de cristal, salsas y aliolis. Hay vino, sobaos del Macho para el postre y hasta tartas en lata.

El precio medio oscila entre los 11 y los 15 euros, pero el tamaño también va en serio. “Teníamos miedo por el precio, pero la gente viene, lo prueba y repite. Y eso en Chamberí no es fácil”, dice la dueña del local. Para ella, el plan perfecto es “coger dos bocadillos y una tabla, y llevártelo al atardecer a la plaza de Olavide. O al Retiro. O a Casa de campo. Quedas como un príncipe”. ¿Imprescindibles? El Mar y Montaña de sobrasada, el Rústico de pavo con alioli de ajo asado y, para picar, una tabla mixta de embutidos y quesos.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.
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