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Los choques de Guardiola y Abascal que lastran la negociación: “No querías Vox, pues toma dos tazas”

Tras el durísimo discurso de la presidenta extremeña contra Vox en 2023, enmendó sus palabras. La extrema derecha pilotará la negociación desde Madrid tras una campaña de encontronazos

Todo comenzó en el Parador de Mérida. PP y Vox negociaron aquí los primeros pasos para derribar al socialista Guillermo Fernández Vara de la Junta de Extremadura en junio de 2023. Alrededor de una mesa estaban María Guardiola, el entonces candidato por Vox, Ángel Pelayo Gordillo; el secretario general del PP extremeño, Abel Bautista, y el número uno de la formación de Santiago Abascal por Badajoz al Congreso de los Diputados, Ignacio Hoces. La suma de populares (28) y ultras (5) alcanzó hace dos años 33 diputados. La ansiada mayoría absoluta. Pero —siempre hay peros en las negociaciones y más entre el PP extremeño y Vox— los cuatro políticos se marcharon aquel 23 de junio con un portazo y sin acuerdo.

Esta reunión fracasó porque, según fuentes del PP, Vox exigió a Guardiola entrar en el Gobierno con al menos dos consejerías —Cultura y Agricultura— y también con la presidencia de la Asamblea extremeña. Guardiola, entonces, no cedió ni un milímetro:

—No vais a entrar en el Gobierno. Si cambiáis de opinión, llamadnos.

Y no hubo más llamadas, ni encuentros, hasta cinco días después. Ya con Vox, eso sí, dentro del Ejecutivo. En la formación ultra nadie ha olvidado cuando, días antes de esta reunión en el Parador de la capital extremeña, la presidenta popular convocó a la prensa para atacarles con fiereza ante toda España:

“Yo no voy a regalar consejerías”, dijo Guardiola. “Iremos a elecciones si hay que ir. [...] Yo no puedo dejar entrar en mi Gobierno a aquellos que niegan la violencia machista, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes tiran a una papelera la bandera LGTBI”. Ningún miembro del PP, ni autonómico ni nacional, se había mostrado tan duro contra Vox. Fue muy explícita incluso en el turno de preguntas:

―¿En ningún caso Vox entrará en su Gobierno?

―No. No se pueden utilizar las instituciones para ideologizar.

Siete días después, Vox tenía una cartera con Guardiola. Una consejería de nueva creación: Gestión forestal y Mundo rural. Dos años después —con Vox ya fuera del Ejecutivo, y tras este adelanto electoral que la presidenta extremeña justificó por la imposibilidad de alcanzar unos Presupuestos— todo vuelve ahora a la casilla de salida. Y quién sabe si también al Parador de Mérida.

Tras las elecciones del pasado domingo, las negociaciones entre PP y Vox se prevén durísimas en una tierra donde también se fraguó el primer acuerdo tripartito con la extrema derecha en una capital de provincia. Sucedió en Badajoz en 2019. Aquel pacto entre PP, Ciudadanos y Vox fue liderado entonces por Juan Antonio Morales, Nano, el primer diputado autonómico que tuvo Abascal en Extremadura hace siete años. Aunque Nano, en realidad, fue un tránsfuga que se pasó del PP a Vox a pocos meses de las elecciones de 2019.

Nano llevaba 24 años dentro de las filas populares. A principios de 2019, se afilió a Vox y se pasó al Grupo Mixto de la Asamblea tras ser el número dos del PP en la provincia de Badajoz durante 10 años. Nano, de hecho, fue el candidato de Vox a la Junta de Extremadura en las elecciones autonómicas de 2019. Y se quedó a poco más de dos décimas (4,79%) de entrar en el Parlamento. Ahora ya está fuera de la política, pero recuerda que en la formación ultra todo lo decide Santiago Abascal. “Todo pasa por Madrid. Los diputados autonómicos son maceteros de decoración al servicio suyo”, cuenta ahora por teléfono. “Los de aquí son marionetas al servicio del líder supremo [Abascal]”.

Pese a que PP y Vox firmaron un acuerdo de Gobierno en 2023, la relación entre ambas formaciones es muy diferente a las del resto de autonomías. Ahora, dos años después, nadie duda de que si se alcanza un acuerdo marcará el devenir de los próximos pactos en otras autonomías. “En Valencia”, según señalan fuentes cercanas al expresidente Carlos Mazón, “alcanzamos un acuerdo rápido porque [Carlos] Mazón y [Santiago] Abascal se llevan extraordinariamente bien. Lo mismo ha pasado con la investidura de JuanFran Pérez Llorca, que todo se ha hecho en cuestión de días”.

En Extremadura, como apunta un alto cargo del PP en la región, no va a ser así. De hecho, Guardiola ya ha cambiado de versión esta semana dos veces. Primero dijo que gobernaría en solitario para, 24 horas después, no descartar que Vox entre en el Gobierno. Una tesis que también comparten los sectores más conservadores de los populares porque creen que estar en el Ejecutivo desgasta. La gestión pierde votos. Vox, mientras tanto, guarda silencio.

De momento, solo ha habido una llamada entre Guardiola y el candidato ultra en Extremadura, Óscar Fernández. Fue el pasado martes a las cinco de la tarde. Una conversación breve, de unos minutos, que invitaba a hablar más adelante. “No se ha hablado de nada aún”, apuntan fuentes de la formación ultra.

La realidad es que en la noche electoral del pasado domingo evidenció la tensión entre ambas formaciones y, sobre todo, las grandes diferencias entre Guardiola y Abascal. “Vox es el ganador de estas elecciones”, dijo el candidato tras duplicar sus votos y alcanzar 11 diputados (seis más que en 2023).

“Que [Guardiola] me llame, que todavía no lo ha hecho”, señaló 48 horas después en una entreviste en la Cope. “Si Guardiola aspira a gobernar en solitario, yo quiero jugar en el Real Madrid”, dijo esta semana en Canal Extremadura. Guardiola hizo caso. Levantó el teléfono a las cinco de la tarde del pasado miércoles para iniciar una negociación que no será fácil.

De hecho, Abascal ya aventuró el devenir de un hipotético acuerdo con un durísimo discurso en Mérida incluso antes de la campaña. “Voy a decir lo que vamos a hacer nosotros”, dijo el 17 de noviembre durante la presentación de su candidato. “Vamos a sacar el aro. Y la señora Guardiola o pasa por el aro o repite elecciones”, añadió. Es más, en el día de inicio de la campaña, el pasado 5 de diciembre, concedió una entrevista al diario Hoy de Extremadura donde pedía hasta su cabeza. “Si Guardiola se empecina, quizá el PP tenga que cambiar de candidato”.

Guardiola, lejos de amedrentarse, respondió ese mismo día en un pueblo al norte de Cáceres. “Ese tufo machista del señor Abascal se lo podía quedar un poquito en su casa. Yo no me empecino con nada”. Y contestó también a la frase de pasar por el aro. “Extremadura no pasa por el aro de lo que quiera el señor Abascal, que no conoce Extremadura y que no le interesa para nada Extremadura”.

El líder de Vox la describe como “una señora muy altiva” y “la portavoz azul de las políticas de Sánchez”. A lo que ella responde: “Igual me tienen un poquito de miedo el señor Abascal y los señoros de Vox. Yo no tengo miedo ninguno”. Este lunes, Abascal fue más claro todavía: “No quería ser impertinente y felicitar a alguien que ha convocado unas elecciones para no depender de Vox y los extremeños le han dicho que, si no quieres Vox, tienes dos tazas”.

Guardiola ha evitado encontronazos esta semana. Este jueves, eso sí, publicó un mensaje en sus redes sociales tras el discurso del Rey: “El proyecto común se cuida cada día. Y se cuida con altura, no con tensión”. Y de inmediato salieron a contestarle los portavoces nacionales de Vox. El de Seguridad, Samuel Vázquez, incluso con un aviso a navegantes: “Tener un proyecto común no implica nada, lo importante es qué proyecto común. El suyo, hasta ahora, era el mismo que el de Irene Montero: ideología de género, fanatismo climático e invasión migratoria. Para eso, si sabe contar, conmigo no cuente”.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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