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La Generalitat rectifica y actúa con celeridad en el nuevo temporal, pero Mazón no se escapa de la polémica

El Consell adopta medidas de prevención ante el temporal Gabrielle que se echaron en falta en la riada que dejó 229 muertos, si bien el presidente vuelve a estar ausente en el inicio de la emergencia

J. G.

Cuando el pasado 29 de octubre, la Generalitat Valenciana envió el mensaje masivo a móviles ES-Alert para advertir a la población de la magnitud de la dana, la mayoría de los 229 fallecidos que dejó la riada de 2024, ya habían perdido la vida, estaban desaparecidos o se hallaban en las trampas mortales en que se convirtieron muchas plantas bajas y garajes. 11 meses después, el Consell presidido por Carlos Mazón, del PP, ha actuado de manera diferente, con mayor celeridad y previsión, como ya lo hizo en la alerta roja que afectó a Castellón, especialmente, en las lluvias de marzo. Sin embargo, no ha podido evitar la polémica generada por su ausencia en las reuniones que abordaban la borrasca el pasado domingo, cuando arrancó el temporal.

El pasado año, las autoridades vacilaron confusas sobre dónde enviar la alerta, su contenido o el momento idóneo para accionar el botón rojo. El agónico debate del Cecopi, el comité de la Generalitat que coordinó la crisis y que integró a representantes de 29 instituciones (municipales, autonómicas y estatales), provocó que la notificación llegara en los teléfonos muy tarde. Justo en lo peor de la tragedia, cuando el barranco del Poyo, origen de una gigantesca ola que sepultó decenas de municipios valencianos, como Catarroja (30.142 habitantes) o Paiporta (27.748), llevaba tres horas desbordado en Chiva, tal y como ha revelado la investigación judicial de la magistrada que instruye la causa, Nuria Ruiz Tobarra.

La previsión de la borrasca, el temporal por el que la Agencia Española de Meteorología (Aemet declaró el domingo la alerta roja, la máxima en la escala, ha sido diferente. Las autoridades informaron con antelación del peligro y decenas de municipios valencianos de la zona cero, que todavía arrastraban el shock de la catástrofe del pasado año, avisaron por megafonía e instalaron sistemas como barreras metálicas o protectores en domicilios para amortiguar el impacto de las aguas.

Más de 12 horas antes de que comenzara el riesgo, el pasado domingo, el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat remitió un mensaje masivo a móviles ES-Alert en Valencia. El texto instaba a evitar desplazamientos, no cruzar por lugares inundables y alejarse de cauces. A diferencia de la notificación del pasado año, la alerta de este domingo pedía a los vecinos que abandonaran plantas bajas y garajes. En esos espacios perdieron la vida el 70% de los fallecidos en la dana 2024.

Pese a que organismos estatales como la Aemet vislumbraron con hasta ocho días de antelación el peligro de la dana del pasado año, las autoridades desoyeron la dimensión de este riesgo. Hoy, las advertencias no han caído en saco roto. También ha habido una mayor coordinación entre las distintas administraciones.

El factor Mazón

Al igual que en la dana de 2024, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, no participó en los momentos decisivos de las reuniones de coordinación de la borrasca Gabrielle. El pasado año, el jefe del Consell desembarcó en el Cecopi a las 20.28 horas, 17 minutos después del envío del mensaje ES-Alert y tras asistir a una comida de más de tres horas y media en el céntrico restaurante valenciano El Ventorro. El pasado domingo, Mazón tampoco acudió a la reunión de la Generalitat.

En esta ocasión, por la mañana estuvo participando en un acto del PP de Murcia sobre inmigración con el presidente nacional de su partido, Alberto Núñez Feijóo. Y por la tarde, el jefe del Consell no hizo acto de presencia en las reuniones del centro de Emergencias, si bien la vicepresidenta primera, Susana Camarero, ha insistido en que estuvo continuamente informado.

La también portavoz del Consell ha justificado su ausencia aludiendo a que estos encuentros de coordinación son técnicos y el barón popular podía seguir de cerca la evolución del temporal a través de sus colaboradores. Además, el aviso rojo de Aemet empezaba a las ocho de la noche del domingo en la provincia de Castellón y a las cuatro de la madrugada del lunes en la de Valencia y el president ya estaba en la Comunidad Valenciana antes de que se lanzara el primero, agregó.

La ausencia de Mazón, que sí multiplicó su agenda cuando se estableció el aviso rojo en marzo, no pasó desapercibida y fue duramente criticada por la oposición y en las redes sociales. Y la razón esgrimida hace 11 meses como ahora de que no forma parte ni del Cecopi ni a las reuniones de emergencia suena a excusa o desistimiento. Sobre todo, con el precedente de su larga sobremesa en El Ventorro y el silencio que ha mantenido sobre la misma y sobre las casi dos horas en que tardó en llegar al Cecopi que lo sitúan en el ojo del huracán.

A pesar de que la actuación de la institución competente ha sido muy diferente en este temporal respecto a la dana de 2024, la Generalitat se mantiene en su relato. Camarero evitó este lunes cualquier atisbo de rectificación y asegura que la diferencia tan solo obedece a que la “Aemet, en esta ocasión, ha avisado con antelación”. El 29 de octubre del año pasado, la agencia estatal emitió su primer aviso rojo en Valencia a las 7.35 de la mañana. La Generalitat convocó el Cecopi nueve horas y media después. Con las predicciones de los días previos de la Aemet, instituciones como la Universidad de Valencia o el ayuntamiento de Carlet, entre otras, adoptaron medidas de prevención antes de que eclosionara la fatídica dana.

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Sobre la firma

J. G.
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.
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