Barcelona repite la experiencia de Sarajevo y creará un Distrito 11 para ayudar a Palestina
El alcalde Collboni visita el centro de salud de un campo de refugiados de Amán cuyos sanitarios se formaron con técnicos de la capital catalana


El Ayuntamiento de Barcelona quiere dar máxima relevancia a su “firme compromiso” de cooperación con las ciudades de Palestina y repetirá la experiencia de Sarajevo tras la guerra de los Balcanes, creando un Distrito 11 para las ciudades palestinas. El nombre oficial será “Distrito 11 ciudad de Gaza y ciudades palestinas”. Consistirá en una estructura técnica y con presupuesto que se integrará en el organigrama municipal, como un distrito que se suma a los diez existentes y que servirá de paraguas para todos los proyectos de cooperacion que Barcelona tiene con ciudades palestinas y con la UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina).
El anuncio lo ha hecho este martes el alcalde, Jaume Collboni, en la segunda jornada de su viaje a Jordania, donde está visitando proyectos que reciben fondos de Barcelona, como almacenes de ayuda humanitaria y uno de los campos de refugiados de Amán, en cuyo centro de salud trabajan sanitarios que se han formado con personal de Barcelona y también con estancias en la ciudad.
El alcalde, que el lunes anunció que doblará la aportación económica anual a la UNRWA para compra de alimentos y medicinas de 200.000 a 400.000 euros, ha explicado este mediodía que “estabilizará y escalará la cooperación técnica” con ciudades de como Gaza, Ramala o Belén. Con técnicos municipales, dentro de la estructura del ayuntamento y con recursos del ayuntamiento. “Hay un precedente de éxito, que fue el Distrito 11 - Sarajevo, impulsado por el alcalde Pasqual Maragall después de la Guerra de los Balcanes, cuando Barcelona tuvo un onceavo distrito”, ha recordado y en la misma línea se replicará a partir de finales de este año: “Con el simbolismo de que la cooperación forme parte de la estructura del Ayuntamiento, con técnicos en materia de planeamiento, educación, salud que trabajen con técnicos de las ciudades, desplazándose, y que técnicos de las ciudades palestinas se puedan desplazar a Barcelona”.
El nuevo Distrito 11 arrancará a finales de año con un millón de euros de presupuesto, un gerente y técnicos y con el compromiso de que sea un proyecto “a medio y largo plazo y pensando también en la reconstrucción”. “Ya no se trata de cooperación puntual, con visitas, sino de una estructura fija, pensando en utilizar el talento de los técnicos municipales”, ha apuntado. La idea es, a la larga, poder crear una estructura “en territorio palestino o si se diera el caso en Jordania, porque un proyecto así necesita puntos de cercanía con los equipos locales”.

Una idea del alcalde Pasqual Maragall
El Distrito 11 o Distrito Sarajevo lo creó el alcalde Maragall en 1995, aunque Barcelona tuvo la mirada puesta en la capital de Bosnia desde el salvaje asedio que sufrió durante la guerra. Maragall pidió sin éxito una tregua de la guerra durante los Juegos Olímpicos del 92 y en 1995 visitó la capital bosnia coincidiendo con los mil días de aislamiento. Además de ayudar a la ciudad durante la guerra, en el marco del proyecto del Distrito 11 se creó una “Embajada de la Democracia Local”, que se conoció como la Oficina de Barcelona. Un ejemplo de cooperación directa, municipalista, de ciudad a ciudad y sin pasar por los canales habituales, como son organismos internacionales, europeos u otros niveles administrativos.
Durante unos 15 años, recordó el propio Ayuntamiento a finales del año pasado con motivo de 30 años de relación entre las dos ciudades, el Distrito 11 “promovió la reconstrucción las instalaciones olímpicas y la construcción de centenares de viviendas nuevas” y “aportó espacios e iniciativas de reconstrucción social, para que la ciudadanía de Sarajevo sin distinción se reencontrara de nuevo, generara nuevos vínculos y superara la tragedia y las tremendas heridas que el conflicto había provocado".
Colaboración entre sanitarios de Barcelona y un campo de refugiados
Durante la visita de este martes, la delegación barcelonesa ha visitado un campo de refugiados palestinos que se creó en 1960 y es uno de los seis que gestiona la UNRWA en Amán. Hoy tiene 60.000 habitantes y es un barrio más de la ciudad, con edificios de ladrillo, pero con la sanidad y educación a cargo de Naciones Unidas. Collboni ha podido conocer a los sanitarios que se han formado de la mano de técnicos del Ayuntamiento, tanto viajando a capital catalana como en el propio campo, en un proyecto para mejorar la detección temprana de discapacidades e intervenir cuanto antes para que los niños puedan ganar autonomía.

La coordinadora por parte de la UNRWA, la doctora Virginie Datelet, ha explicado la importancia que para los profesionales de Amán ha tenido la capacitación recibida, que les ha permitido “prestar mucha más atención” en las señales de la detección precoz con pediatras, fisioterapeutas, matronas y personal del Instituto Municipal para Personas con Discapacidad del Ayuntamiento. “Estas formaciones son la mejor definición de solidaridad. Técnicos hablando con técnicos. Profesionales que estamos en realidades muy distintas pero hablamos el mismo lenguaje técnico”, ha dicho.
Las enfermeras del centro han explicado su formación en Barcelona y su experiencia en detección de discapacidades antes de los seis meses y su trabajo con las madres, que son una pieza fundamental en la salud de los niños. “La detección temprana es básica para su mejora y para que nosotras podamos trabajar e intervenir de forma específica”, ha explicado una de ellas, precisando que trabajan tanto en el centro de salud como acudiendo a las casas, donde a veces hay que convencer a las familias de que sus hijos podrán salir adelante. Especialmente emocionante ha sido el relato del caso de una familia a quien en el hospital aseguraron que su hija con discapacidad nunca podría valerse hasta la actualidad, cuando camina y está comenzando a hablar.
El director de Salud de la oficina de la UNRWA en Jordania, el doctor Akihiro Seita, ha aludido a la falta de recursos de los 25 ambulatorios que gestiona la agencia de Naciones Unidas: “Necesitamos más medicamentos, más médicos, más enfermeras y más personal”, ha afirmado antes de detallar que atienden a unos 80 pacientes diarios por médico. Seita también se ha mostrado muy preocupado por el bloqueo en la franja de Gaza y la situación en la que trabajan allí sus colegas de la UNRWA: “Son profesionales estresados, víctimas también de la falta de comida, que viven en tiendas y comen solo una vez al día”, ha dicho admitiendo que tiene poca esperanza en que la situación mejore.
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