Pedro Velázquez, jefe de la Guardia Urbana: “No es normal que no podamos recoger algunas denuncias”
El responsable lamenta la dificultad de resolver conflictos de forma privada: “Ahora se llama a la policía para solucionar lo que antes se solucionaba hablando”


La alcaldesa Ada Colau nombró en diciembre de 2019 al intendente mayor Pedro Velázquez (Barcelona, 58 años) jefe de la Guardia Urbana. Hoy, casi seis años después, Velázquez se ha convertido en el responsable del cuerpo policial barcelonés con más efectivos de la historia: 3.500 agentes.
Pregunta. ¿Cuáles son los retos de la Guardia Urbana?
Respuesta. La actividad delictiva está marcada por la multirreincidencia. La droga afecta a las grandes capitales del mundo y Barcelona no es una excepción. Las armas blancas son otra de nuestras preocupaciones. Luego hay otros retos como la movilidad y la convivencia.
P. En la Junta Local de Seguridad revelaron que hay 266 multirreincidentes que acumulan 1.776 detenciones y 5.284 actos delictivos. ¿Quiénes son?
R. Hay dos perfiles. Unos son delincuentes profesionalizados que se organizan, conocen el comportamiento de las víctimas, el momento en que deben actuar: uno vigila, otro actúa, otro facilita la huida… Hay otro perfil que es más espontáneo y, a veces, está asociado al consumo de drogas.
P. Es gente que hace su agosto con los turistas...
R. Hay de todo. A los más profesionalizados les afecta la presión policial. Si los presionan en París o Roma se mueven. Si aquí, en Barcelona, sienten la presión, ven que hay alguna medida cautelar que les puede caer… se van. A veces están asesorados por sus abogados, que tienen acceso al expediente policial, y acaban sabiendo dónde hay cámaras, hacia dónde están enfocadas...
P. ¿Es un I+D criminal?
R. Efectivamente, y siempre buscan mejorar.
P. ¿Cómo se les puede echar de Barcelona?
R. Con inteligencia policial, colocando agentes dónde, cuándo y cómo nos interesa. Tenemos que redactar diligencias impecables para que luego la autoridad judicial actúe. Además, la videovigilancia también ayuda.
P. ¿Es cierto eso de que cuando llegan al juzgado entran por una puerta y salen por otra?
R. La sensibilidad judicial ha cambiado. La Guardia Urbana va a tener una unidad en la Fiscalía. Marcaremos en nuestras diligencias cuando alguien es multirreincidente o no. El engranaje tiene que funcionar.
P. Si unos pocos de estos delincuentes abandonaran Barcelona, ¿disminuirían los delitos?
R. Sin ninguna duda. Cada 15 días tenemos una reunión de inteligencia policial en la que marcamos qué personas están activas en estas dos semanas. Es ahí donde apuntamos, hacemos presión quirúrgica y bajan los delitos.
P. En los primeros meses de este año han requisado 1.844 armas blancas ¿Desde cuándo la gente sale a la calle con cuchillos y navajas?
R. Desde la pandemia. El consumo de sustancias y una cierta fragilidad mental provoca que situaciones tranquilas acaben siendo violentas. Es preocupante. En otras ciudades se asocian las armas blancas a algunos colectivos.
P. Pero los Latin Kings y los Ñetas ya casi no existen.
R. No en Barcelona, pero han resurgido en otras ciudades imitaciones de estos grupos.
P. Hay otros fenómenos como los narcopisos que no se extinguen.
R. El fenómeno no está resuelto, pero está controlado gracias a la presión policial. Hemos pasado de 50 o 60 narcopisos a seis en Ciutat Vella. La Guardia Urbana suele tener acceso a esa información, hacemos equipos conjuntos con Mossos. Así, desarticulamos dos narcopisos a la semana.
P. No siempre ha habido buena colaboración con los Mossos.
R. A nivel operativo la relación siempre ha sido buena. A veces ha habido roces cuando las competencias de Guardia Urbana se han quedado cortas. Nuestra normativa es de 1986. Ni Barcelona ni la Guardia Urbana son iguales ahora que en 1986. La movilidad y la convivencia es competencia nuestra, pero cuando estamos en la calle actuamos. Nosotros nos hemos encontrado con el fenómeno de los narcopisos cuando hemos estado atendiendo molestias de otro tipo. Estamos preparados para asumir más competencias.
P. Póngame un ejemplo.
R. Hay llamadas al 112 en las que, cuando llega la patrulla, se acaba encontrando con otros delitos. Creo que deberíamos poder recoger las denuncias sin derivar a la víctima a otro cuerpo policial. No es normal que algunas denuncias no podamos recogerlas.
P. ¿Cuándo podrán hacerlo?
R. Estamos negociando. No hablamos de instruir delitos complejos como un homicidio, un delito económico, una agresión sexual grave… Ahora solo podemos recoger denuncias si el autor no es conocido y no hay posibilidad de identificarlo. El objetivo es que no haya que revictimizar a la persona mandándola a otra comisaría.
P. ¿Cómo lo conseguirá?
R. Debe haber una apuesta política porque necesitaremos medios.
P. Hay 3.500 Guardias Urbanos, es el máximo histórico. ¿Se puede crecer más?
R. No iríamos muy desencaminados si fuéramos 3.800 agentes. Los últimos diez años hemos pasado de 350.000 llamadas anuales al 112 a 550.000. Cada vez hay menos capacidad de resolver los conflictos privados y la gente necesita llamar al 112 para que venga un policía y resuelva una situación que antes se resolvía hablando.
P. ¿Llamamos a la Guardia Urbana para todo?
R. El abanico es amplísimo. Somos profesionales de gestionar el conflicto: A veces porque alguien ha sido víctima de un hecho delictivo, porque hay un local con mucho ruido…
P. ¿La Guardia Urbana incorpora nuevas tecnologías?
R. La videovigilancia es obvia, pero también estamos estudiando incorporar la inteligencia artificial. Manejamos millones de datos y necesitamos cruzarlos para no perder oportunidades.
P. ¿También se cruzan con los de los Mossos?
R. Trabajamos para que los sistemas policiales sean lo más compatibles posibles, si no perdemos eficacia. A un investigador le interesa saber si una matrícula ha sido captada por una cámara, acceder al padrón, si se ha denunciado a una persona… cuanta más información se ponga en común será más efectivo.
P. El pleno del Ayuntamieto no aprobó el uso de pistolas Taser. ¿Se ha perdido una oportunidad?
R. Desde el punto de vista técnico creo que sí. La táser es una herramienta efectiva que bien utilizada es buena. Seguiremos trabajando con los medios que tenemos.
P. ¿Cómo será la Guardia Urbana dentro de 10 años?
R. Debe ser próxima y entender más a la ciudadanía. No se nos conoce del todo.
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