El Ayuntamiento advierte al Barça que no tiene los permisos para jugar el Gamper en el Camp Nou

Lorena trabaja en el bar el Rellotge de la Riera Blanca, a escasos metros del Camp Nou. “Hemos escuchado que quieren abrir el estadio el próximo 10 de agosto y lo estamos deseando”, advierte. Sabe de memoria que la fecha del último partido celebrado en la catedral blaugrana fue 28 de mayo de 2023. Los culés ganaron 3 a 0 al Mallorca. “Desde entonces, al bar solo vienen turistas que vienen a ver las ruinas, los camiones, las obras y los hierros del Camp Nou. Estamos deseando que regresen los días de partido y los hinchas. Llevamos meses sobreviviendo con mucho menos trabajo y con polvo y ruido”, lamenta. Los hosteleros desean que llegue el momento de que el Camp Nou vuelva a ser el escenario de los partidos del equipo con más afición de la capital catalana. Los vecinos también. Llevan dos años acumulando ruidos, mucho polvo y obras. El anuncio de la vuelta del equipo al estadio del barrio de las Corts marca el principio del fin de una pesadilla que comenzó el 28 de mayo de hace dos años. Aún así, el Ayuntamiento de Barcelona alerta que el club no ha solicitado los permisos para la reapertura.

El único anuncio que ha hecho el club es la vuelta al Spotify Camp Nou para disfrutar el Trofeo Joan Gamper el próximo 10 de agosto. El amistoso veraniego servirá de banco de pruebas para el nuevo estadio que reabrirá con una capacidad aproximada de 60.000 personas. Aún así, las obras todavía tardarán en acabar. Aún no se ha finalizado la construcción de la tercera grada, ni el doble anillo VIP, ni la cubierta. Tampoco se ha adecuado los espacios interiores ni se ha urbanizado el exterior del entorno del estadio. De hecho, el club ha pedido que la próxima liga comience con el Barça disputando varios encuentros en campos rivales para ganar tiempo y volver al Camp Nou semanas más tarde. Una vuelta que tampoco supondrá el fin de las obras ya que se prevé seguir con ellas mientras se disputen encuentros. Los calendarios más optimistas marcan verano de 2026 para finalizar la obra, aunque es probable que, para entonces, todavía falte instalar la cubierta.

La noticia de la celebración del Gamper en el Camp Nou ha sorprendido a la mayoría de culés. Rafael es del barrio de Horta y se declara un “apasionado” de las obras. El miércoles a las 14.00 se encontraba supervisando la rehabilitación del estadio desde la travesera de les Corts. “Es imposible, en mes y medio esto no puede estar para jugar”, sentenciaba este jubilado con la experiencia del que comprueba a diario decenas de obras en la ciudad. Los vecinos que soportan ruidos y polvo no han colocado ni una pancarta en balcones o ventanas quejándose por las faraónicas obras.

Ana Ramón tiene 73 años es la presidenta de la asociación de vecinos del Camp Nou: “Ojalá pudieran comenzar a jugar incluso antes y que se acabe este martirio de polvo y ruido. Han instalado los asientos y el césped pero falta muchísimo para que puedan venir los hinchas a ver partidos. No sé qué opinará el Ayuntamiento pero no sé si pueden entrar espectadores tal y como está el campo”.

La primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, advierte: “El Barça necesita la licencia de primera ocupación. Para obtener esta licencia necesitan primero haber acabado las obras de la primera fase, cosa que no ha sucedido”. Aún así Bonet confía en el club: “Imagino que el Barça ha calculado lo que le queda por hacer y espera acabar las obras en el plazo que se ha marcado. Una vez acabadas las obras el Ayuntamiento también necesita tiempo para comprobar todo”, avisa. El Consistorio también advierte que el Barça también debe presentar la documentación favorable a nivel medioambiental.

Por otra parte, una portavoz del FC Barcelona ha asegurado a EL PAÍS que el club ha solicitado al Ayuntamiento tanto el “control inicial de la actividad” como la “licencia de primera ocupación” y permanecen a la espera de que el Consitorio responda. El Club mantiene el 10 de agosto como la fecha para disputar el Gamper en el Camp Nou.

A la espera de que finalice la burocracia, los vecinos siguen esperando que acaben las obras. “Estos pisos son de 30 metros. Imagínate vivir ahora en verano con las ventanas cerradas para que no se llene todo de polvo”, asegura un joven que sale de un edificio de travesera de las Corts justo delante de una de las puertas de acceso a las obras. Los centenares de trabajadores ataviados con cascos y chalecos reflectantes invaden las calles adyacentes al club a la hora de comer. La mayoría son extranjeros y ninguno de los preguntados sabe cuándo finalizará su trabajo.

“En los pisos no podemos estar. Hace muchísimo calor y no todo el mundo tiene la economía para instalarse aire acondicionado o para tenerlo todo el día encendido. Necesitamos que acaben ya las obras y vuelva la normalidad”, defiende la presidenta de la asociación de vecinos. “Luego ya vendrán otros problemas porque, antes, el público era familiar y ahora hay mucha violencia e incivismo”, concluye Ana Ramón.

En el bar Casa Pin hoy comen algunos obreros del Camp Nou. “Hemos notado mucho que no hay partidos y esperamos que pronto comiencen. Necesitamos el ambiente del fútbol y que se vayan los camiones”, concluye uno de sus camareros.