Mazón niega su responsabilidad en la dana: “Nadie era consciente de la magnitud, nadie sabía que la gente se ahogaba”
El presidente de la Generalitat defiende que no le correspondía a él enviar la alerta

Carlos Mazón se coloca unas gafas rojas. Se las quita. Enfundado en un traje azul marino y camisa blanca, se acomoda en una butaca de cuero beige de la sala Prim del Congreso de los Diputados, un salón de madera y parqué donde se celebran las comisiones parlamentarias, como esta, repleta de políticos, cámaras, periodistas, fotógrafos. La expectación este lunes es máxima. Ione Belarra, portavoz de Podemos, activa su micrófono. Comienza la sesión sobre la dana en la Comunidad Valenciana:
—¡Usted es el responsable de la muerte de 229 personas!
El presidente en funciones se muestra un tanto incómodo. También los diputados y senadores populares que han acudido a acompañarle. Por primera vez y un año después de la tragedia en la región que todavía preside, y mientras PP y Vox negocian a su sucesor, se ha enfrentado a las preguntas sobre aquella jornada, donde la oposición, al contrario que hace unos días en otra comisión de la dana del Parlamento valenciano, puede ahora cuestionarle sin rodeos por aquella tarde del 29 de octubre de 2024, en un formato de pregunta y respuesta, con careos.
El resultado, eso sí, no ha sido el esperado. Mazón apenas ha aportado novedades sobre algunas de las incógnitas de aquella tarde.

“He renunciado a mi cargo. Es imposible informar de lo que no se sabe”, ha comenzado a modo de justificación política. “Hemos estado muy solos. Estuve haciendo llamadas. Hablé varias veces con la consejera”. Si un año después quedan vacíos por aclarar en su agenda, como qué hizo en esos 37 minutos desde que salió del restaurante El Ventorro, tras almorzar con la periodista Maribel Vilaplana durante cuatro horas, y se dirigió al Palau de la Generalitat, ahora ha dicho que se dio un paseo hasta llegar al Palau. Que la llamada que recibió a esa hora, sobre las 19.11 y que provenía de su consejera de Emergencias, no la escuchó:
—No sé si estaba andando y tenía el móvil en la mochila.
Sobre este asunto ha inquirido el diputado socialista valenciano Alejandro Soler.
—¿Por qué el móvil en la mochila?
Mazón, sin embargo, no ha aclarado este asunto. Sí ha dicho que durante el almuerzo en El Ventorro bebió agua y algo de vino. Soler ha continuado con el interrogatorio:
—¿Nadie le pidió que saliera del restaurante?
—No.
—¿Se encontraba en condiciones óptimas?
—Sí.
—¿A qué hora dejo a Vilaplana en el parking?
—No puedo entrar en el minutaje completo.
—¿Entró usted al parking?
—No.
—¿Es normal que vaya sin escoltas?
—Antes de la dana, sí.
—¿Pasó por casa?
—No.
No. Mazón no ha leído documentos esta vez. Con un tono bajo (“nadie le ha dado más vueltas que yo, con desvelos incluidos, nos ha faltado información”) ha eludido cualquier responsabilidad técnica a la hora gestionar la tragedia. Sabedor de que lo se dice en una sede parlamentaria tiene lecturas penales, si miente. Tanto Belarra, la portavoz de Podemos, como la diputada de Compromís, Àgueda Micó, han insistido.
—¿Cuántas veces habló con la consejera de Emergencias?
—He hecho público mi listado de llamadas.
—¿No recuerda?
—Dos o tres veces. También con gente en el Cecopi.
El Cecopi es un órgano que se activa en situaciones de emergencia cuando es necesaria la intervención conjunta de las administraciones autonómicas y del Estado. Mazón ha dicho que allí acudió por voluntad propia, aunque no tenía por qué. “Sabíamos que había inundaciones en Utiel. Por eso se convocó el Cecopi. No hubo nada de información el barranco del poyo [que provocó la gran riada]”.
La realidad es que sí hubo noticias. La Confederación Hidrográfica del Júcar envió 16 correos electrónicos donde avisaba de la superación de umbrales en sus caudalímetros en las cuencas del Magro y del Poyo. Cuestionado por la demora en la alerta masiva a los móviles, que se envió a las 20.11, y que casi dos horas antes ya se hablaba de ello en el centro emergencias, ha dicho que la consejera “nunca” le pidió consulta. Es más, ha defendido la gestión de su máxima responsable de Emergencias. “No me corresponde a mí. Ni siquiera a ella. Ha quedado demostrado”.

Mazón ha justificado su estancia en El Ventorro. “Nada hubiera cambiado si hubiera llegado antes al Cecopi porque la información no me había llegado [...] Nadie era consciente de la magnitud. Nadie sabía que la gente se ahogaba”. En este punto, el diputado de Vox, Ignacio Gil Lázaro, ha salido a defenderle —antes que los del PP— tras escuchar cómo han llamado a Mazón “mala persona”:
El presidente en funciones ha dicho que es el único que ha pedido perdón. “Soy responsable, quizá por ingenuidad y quizá por permitir que se trasladara la imagen de un presidente ajeno a la emergencia. Probablemente, podía haber intentado desplazarme a Utiel. Pensábamos que a las seis de la tarde se acababa todo. No hay nada que no pueda hacer un presidente de la Generalitat que no pueda hacer la Unidad Militar de Emergencia (UME)”.
El momento más tenso ha sido con Gabriel Rufián. Rufián ha dicho que Mazón se ha comportado como psicópata. Y ha leído numerosos testimonios de familiares que perdieron a sus hijos, nietos y abuelos aquella tarde. Mazón, sorprendido por la precisión de las horas a las que fallecieron, ha preguntado:
—¿Cómo sabe usted las horas?
—Porque está en un auto judicial. ¿Duda? No le eche más jeta.
Una diputada del PP no se ha andado con rodeados y ha gritado en la sala: “Vaya payaso”. El diputado de Vox, que defendió a Mazón minutos antes, ha traído de casa un cuestionario para criticar al Gobierno de Pedro Sánchez. El del PP, más de lo mismo, pero sin preguntas para el todavía líder valenciano, que ha utilizado los últimos tres minutos de la intervención de su compañero popular para un último epílogo. Y antes de salir, en un pequeño corrillo, ha soltado:
—Me hubiera gustado poder hablar más. Y mejor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma






























































