Detenidas cuatro personas por explotar a migrantes irregulares en obradores clandestinos de repostería
La organización criminal los trasladaba a Málaga con documentación falsa o en patera y luego les hacía trabajar en la fabricación de dulces árabes en pésimas condiciones laborales


La Policía Nacional ha desmantelado una organización criminal que introducía personas migrantes en situación administrativa irregular en España para, más tarde, explotarlos laboralmente en obradores clandestinos de repostería árabe en Málaga. De origen magrebí, los trabajadores estaban sometidos a condiciones lamentables: salarios injustos, falta de garantías legales y sin protección sanitaria. Los investigadores han detenido a cuatro hombres, que han quedado libres con cargos, por su presunta responsabilidad en los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, favorecimiento de la inmigración ilegal, falsedad documental, contra los derechos de los trabajadores y contra la salud pública.
La investigación arrancó el año pasado cuando Agentes de la Unidad contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) detectaron a un grupo de hombres que pasaban de manera ilegal a ciudadanos marroquíes hasta España. Lo hacían con tres métodos: por un lado, obteniendo los visados de manera fraudulenta a través de documentación laboral falsificada; cruzando la frontera mediante la suplantación de la identidad de terceras personas asentadas legalmente en Europa con pasaportes en vigor y permisos de residencia; o a través del transporte en pateras desde Marruecos hasta las costas andaluzas “poniendo en grave riesgo la vida de las personas”, según ha informado la Policía Nacional en un comunicado.
Una vez llegaban a suelo español, estas personas —en situación administrativa irregular— eran explotadas en obradores clandestinos de dulces árabes. Trabajaban durante largas jornadas, sin garantías legales, sin acceso a sanidad y con salarios ínfimos. Todo ello en instalaciones que estaban ocultas en los domicilios de los detenidos, siempre ubicados en el centro de la ciudad de Málaga. Una situación que, además, aumentaba la probabilidad de contaminación y provocaba fallos en la higiene durante la producción y almacenamiento de los productos ante la ausencia de controles adecuados. También durante su distribución a establecimientos de la capital malagueña, donde eran vendidos.
La elaboración de la repostería se realizaba en condiciones “insalubres y precarias” y “sin ningún tipo de control sanitario”, según fuentes policiales, que aseguran que además de incumplir la normativa, todo ello representaba “un riesgo inminente para la salud pública”, tal y como ha informado la Policía Nacional. “El uso de utensilios sucios, el almacenamiento inapropiado y la exposición a plagas de insectos y roedores incrementaban el riesgo de intoxicaciones alimentarias”, añaden desde el cuerpo policial. Por todo ello, el Ayuntamiento de Málaga ha levantado acta de las deficiencias halladas —que incluyen la falta de registros sanitarios o documentación legal— y, como resultado, se ha destruido un gran volumen de productos elaborados con el fin de proteger la salud pública y los obradores ilegales han sido clausurados.
Como resultado de la operación, denominada Baklava, han sido detenidas cuatro personas acusadas de los presuntos delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, favorecimiento de la inmigración ilegal, falsedad documental, contra los derechos de los trabajadores y contra la salud pública.
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