Los métodos que llenan los bolsillos de las redes criminales: enlaces secretos y códigos para comprar zapatillas falsificadas
El material deportivo supone la mayor parte de las 200 toneladas de productos falsificados que la Policía Nacional ha intervenido en apenas un año


“Y lo bueno se hace esperar. Y es que siempre, lo que más queréis ver es la cajita azul”. Una usuaria de TikTok con 55.000 seguidores crea expectación en un vídeo en el que muestra sus compras en Hacco, una tienda online de origen chino muy popular entre jóvenes de entre 15 y 30 años. Mientras habla, va abriendo un paquete envuelto en una bolsa de plástico negra que deja ver una caja de la que saca, como si fuera un tesoro, unas zapatillas Adidas Gazelle verdes con detalles rosas. “De aspecto me encantan”, dice después de probarlas. Sobre la pantalla, unos rótulos indican que si alguien tiene alguna pregunta la haga en comentarios y la contestará. Como este vídeo, se pueden encontrar numerosos en esta red social en los que otros creadores de contenido alaban estos productos falsificados y comparten trucos para comprarlos. “¿Cómo te quedas si te digo que me han costado 20 euros con el envío incluido? 10 de 10”, dice otra usuaria de la misma red con 11.700 seguidores, después de desempaquetar otras zapatillas falsas de Adidas, estas de modelo Samba. En los comentarios, los usuarios preguntan cómo pueden hacer para comprarlas, piden enlaces o códigos que les lleven a estos productos. “Esas zapatillas que salen en la foto son muy raras. ¿Vendrán las Samba, verdad?”, les preguntan. Les responden que sí, que a la hora de la compra se muestra una foto distinta para que la tienda no detecte que son falsificaciones. . Parece un juego, pero llena los bolsillos de los grupos criminales que falsifican todo tipo de productos.
El grupo de Propiedad Industrial de la Policía Nacional, el único del país que se dedica en exclusiva a investigar a los grupos que trafican con productos fraudulentos, ha detectado que estas redes recurren cada vez más al comercio online y se apoyan en las redes sociales o en influencers para multiplicar sus ganancias. Publicitan las falsificaciones con gran rapidez y se llenan los bolsillos, incluso sin llegar a tocar un producto.
Tres jóvenes veinteañeros que vivían en una zona acomodada de Madrid ganaron más de dos millones de euros en cuestión de un año con la venta de zapatillas de colección falsificadas en páginas web. “Las vendían a un precio alto, pero más barato que las auténticas, así no llamaban la atención”, detallan en el grupo policial. El grupo, desarticulado en 2022, llegó a tener 100.000 seguidores en las redes sociales. Utilizaban un sistema conocido como dropshipping, por el que firmaban un contrato con el fabricante que enviaba directamente la mercancía a los clientes desde China y evitaba que se les relacionara con la operación. Para justificar tal entrada de dinero habían creado una empresa de camisetas de algodón en la que habían contratado a algunos de sus amigos.
“Falsificar productos es un delito refugio al que los delincuentes acuden en busca de dinero rápido y fácil”, resume el inspector jefe José Luis Gómez, responsable de la sección de delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial de este cuerpo policial, en la que lleva destinado 11 años. Además, no está excesivamente penado en comparación con otras formas delictivas. Los arrestados se enfrentan a delitos contra la propiedad industrial y también a cargos por organización o grupo criminal y blanqueo de capitales. El delito contra la propiedad industrial se castiga con penas que van de uno a cuatro años si se comete al por mayor y de seis meses a tres años al por menor. Cuando se combina con otros delitos, comienza a adquirir relevancia penal.
“Sabía que ibais a venir porque se me ha ido de las manos”, les dijo en junio del año pasado el líder de un grupo dedicado a fabricar zapatillas en Portugal y a venderlas en páginas web cuando fueron a detenerlo en Elche. Tenía 507.000 euros en efectivo debajo de la barbacoa. Entre troncos de leña, protegidos por bolsas de basura violetas hallaron táperes y botes de cristal con cierres herméticos, como los que se usan para la mermelada o los encurtidos, rellenos de billetes de 100, 50 o 20 euros. En la operación, bautizada Magda Love, arrestaron a seis personas en España e imputaron a otras 10 en el país luso. Contaban con la colaboración de ocho fábricas clandestinas en Portugal y les intervinieron 20 toneladas de productos deportivos, especialmente zapatillas, de marcas como Nike, Adidas, Veja, Karl Lagerlefl o Converse y ropa de The North Face o Polo Ralph Lauren, cuyo valor superaría los 20 millones de euros. Además, les atribuyen un beneficio de seis millones.

Camisetas y zapatillas
En los últimos años, los productos deportivos son la estrella de sus actuaciones, especialmente camisetas y zapatillas. Suponen la mayoría de las 200 toneladas que han intervenido en aproximadamente un año. Pero no solo se venden online, las organizaciones dedicadas a abastecer al top manta, cuya temporada alta comienza en verano, siguen acaparando gran parte de sus investigaciones.
Coincidiendo con la Eurocopa 2024 o los Juegos Olímpicos de París, los agentes del grupo III de Propiedad Industrial, enmarcados en la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), estuvieron varios meses dedicados a las camisetas deportivas.
En verano, estas redes del top manta, controladas principalmente por personas de origen senegalés, hacen negocio en las zonas de costa de los últimos modelos de bolsos de lujo. Desplazan a personas para vender las falsificaciones esos meses, enviando cartas de invitación que les permiten viajar a España, pero no trabajar, y después regresan a su país de origen. En Navidad, sus actuaciones se concentran especialmente en las partidas de juguetes falsificados. En 2023, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad intervinieron más de 3,6 millones de falsificaciones por valor de 149 millones de euros, según los últimos datos oficiales. De ellas, el 62% pertenecía al sector textil, seguidas, por volumen, por la juguetería (12,9 %), marroquinería y complementos (4,5 %) y calzado (3,1 %).

El inspector jefe Gómez se pasa la vida con la maleta en la mano. “Este año hemos tenido 32 reuniones de carácter internacional”, destaca Gómez, recién llegado de China. “Estamos empezando a tener buenas relaciones con China y Turquía, los principales países de origen”, asegura.
En su día a día, los agentes están en contacto con las marcas, que les avisan cuando detectan, por ejemplo, bajadas en sus facturaciones, algo que indica que les pueden estar suplantando. Ante estas situaciones, informan a las empresas que pueden estar comercializando productos falsos, que también pueden ser grandes superficies, para que se retiren los productos. “El problema es cuando estos falsificadores consiguen permear en la cadena de distribución”, subraya el inspector jefe Gómez. Ese acceso, a través de proveedores que mezclen los productos falsos con los originales, provoca daño reputacional a las marcas y también al consumidor, que deja de tener las garantías de calidad. España es el segundo país de la UE con mayor tasa de copias ilegales y su impacto en la economía ha sido cuantificado en 5.700 millones de euros y 44.700 empleos al año, según un informe de 2024 de la agencia de investigación Sicpa.

Gerard Guiu, director de la Asociación para la Defensa de la Marca (ANDEMA), con 35 años de historia e integrada por 100 miembros, entre ellas marcas como Chanel, Louis Vouitton, Adidas, Nike o Tous, cita entre los principales problemas con los que se encuentran las marcas, además del fenómeno del top manta, la llegada masiva de falsificaciones a través de la pequeña paquetería a casa. “Los creadores de contenido se han convertido en embajadores de las falsificaciones que las publicitan y distribuyen a través de las redes con total impunidad”, critica. A pesar de ello, Guiu destaca que en España el sector puede “sacar pecho” de la colaboración entre los sectores público y privado en la lucha contra las falsificaciones.
El perfil de los consumidores es el de una persona menor de 35 años con orgullo narcisista y muy influenciado por su entorno, según un análisis hecho por la asociación en colaboración con el Colegio de Psicología de Madrid. “Es una cuestión aspiracional y de postureo”, valora Guiu. Algunos de esos productos, como un teléfono iPhone que por dentro tiene tecnología Android, encajan con ese razonamiento. “Cuando lo enciendes, ves que no se parece en nada en el funcionamiento al producto original. Solo lo quieren por la manzanita”, resumen los agentes.

Un trabajo para tener vista de águila

Para diferenciar una imitación de una falsificación, que sí está perseguida por la ley, hay que fijar bien la vista. “Por ejemplo, contar las tres bandas de Adidas, que el logotipo de Michael Kors sea MK y no NK, o que el jugador de Polo Ralph Lauren lleve el mazo hacia arriba y no para abajo”, explica un inspector del grupo de falsificaciones de la Policía Nacional. Sus agentes han dispuesto en las dependencias del complejo policial de Canillas, en Madrid, un bodegón resumen de sus actuaciones. En él se distinguen falsificaciones de neceseres de Louis Vuitton, un pequeño capazo de Loewe, pulseras de Pandora, relojes de lujo o un surtido de camisetas de fútbol. En su día a día, pueden encontrarse con casos muy diferentes. “No nos sorprendemos con nada”, bromea el inspector jefe, después de hacer una enumeración de casos muy variopintos en los que se citan, por ejemplo, filtros de coche, cosméticos, jamón Cinco Jotas, maquinillas de afeitar, champú anticaspa, chinchetas o pilas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
