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Los coches de caballos no entienden de horarios ni en ola de calor

Solo Córdoba limita los horarios para esta actividad cuando hay alertas por altas temperaturas. Sevilla y Málaga no han modificado las ordenanzas para proteger a los animales

Un coche de caballos apostado bajouna sobra en el centro histórico de Sevilla. FOTO: PACO PUENTES (EL PAÍS)
Eva Saiz

“Hace mucho calor”, se disculpa en un español cargado de acento francés un turista ante la invitación de un cochero para dar una vuelta turística a bordo de su calesa. Él y su caballo están apostados en una de las escasas sombras que ofrecen los naranjos que bordean la catedral de Sevilla. Como él, otros cuatro compañeros con sus animales se protegen de los casi 36º que marca el termómetro. Son los únicos que desafían al mediodía la ola de calor. “Agosto no suele ser de los mejores meses para nosotros, pero con estas temperaturas los viajes aún se reducen mucho más”, constata el hombre, que prefiere no dar su nombre. Explica que tampoco hidrata más al equino que en otras épocas del año. “Hay que darle agua siempre y de la misma manera”, añade. En el caso de la capital hispalense, el Ayuntamiento tampoco impone requisitos específicos para proteger a los caballos en esta estación.

“No tienen ningún interés en hacer o mejorar nada respecto de la ordenanza que regula los coches de caballos”, se lamenta Eva Ramos, asesora jurídica de PACMA en Andalucía. “Y es mucho más frustrante porque es la ciudad que tiene más licencias”, abunda. De las tres capitales andaluzas que regulan el servicio de los coches de caballos solo Córdoba dispone desde 2018 de una reglamentación específica para regular el horario de esta prestación durante los meses de verano y siempre que la AEMET haya emitido una alerta amarilla, naranja o roja por exceso de temperatura. En esos casos, el servicio se interrumpe entre las 14 y las 19 horas. Málaga, como Sevilla, ha optado por no disponer ninguna medida de precaución, pese a la insistencia del partido animalista Pacma. “En este caso, como se han revocado las licencias, optaron por no restringir más la actividad, pero allí situación es favorable porque han decidido abolirlos en 2026”, indica Ramos.

La limitación horaria en Córdoba, sin embargo, no termina de convencer a los cocheros. “Si ahora que es temporada baja y por las altas temperaturas se reducen los clientes y además nos limitan el tiempo en que podemos estar en la calle, la cosa se nos va a complicar mucho”, explica por teléfono uno de ellos, que pide mantener el anonimato. “La esperanza es que esto remonte en otoño, que es una buena época”, abunda. Desde Pacma, sin embargo, advierten de que en muchas ocasiones los cocheros incumplen la normativa. “Los compañeros de Córdoba han presentado varias denuncias con fotos y vídeos en los que se les ve circulando a horas en las que deberían estar parados”, asegura Ramos.

En Sevilla, el verano pasado, el Ayuntamiento también trató de establecer unos horarios durante las horas de mayor calor. “Se nos ofreció volver a las cuadras municipales a las dos de la tarde y regresar a las seis, pero no aceptamos porque en verano las altas temperaturas duran mucho más allá de las seis y además implicaba que los caballos tuvieran que realizar una buena caminata hasta allí, marchando hasta donde están las cuadras a pleno sol, lo que no aliviaba a los animales”, cuenta Lola López, desde la asociación de cocheros de la capital andaluza. Explica que ellos propusieron poder refugiarse a esas horas en el Parque María Luisa o en la arboleda que está junto a esas cuadras, donde la sensación térmica es 10º menos, pero que al final no hubo un compromiso firme. Esos enclaves y los Jardines de Cristina son a los que acuden ahora a esas horas, cuando más duro golpea el calor.

El Ayuntamiento hispalense aseguró el año pasado que tenía previsto modificar la ordenanza que regula los coches de caballos, que data de 2008, para adaptarla a la ley de bienestar animal e introducir limitaciones horarias para la circulación ante las altas temperaturas. Pero no se ha avanzado nada. “Se están manteniendo reuniones con diferentes representantes del sector y se está trabajando para llevar a pleno un texto que recoja las necesidades de todas las partes”, indican fuentes del consistorio.

Los caballos no están protegidos por la ley de bienestar animal estatal de 2023 porque se les considera animales de producción que se dedica a una actividad lucrativa y las restricciones que impone la ley andaluza, que data de 2003, son, como señala Ramos, “muy básicas”. “Impide que se pueda hacer trabajar a animales enfermos, heridos, menores de seis meses, hembras preñadas… pero no regula nada sobre horarios o temperaturas”, enumera la asesora. Por eso es esencial la adaptación de las ordenanzas municipales.

Pacma lamenta la pasividad del Ayuntamiento hispalense. “La ordenanza es obsoleta, regula el tipo de vestimenta que tiene que llevar el cochero, pero no se menciona nada sobre el bienestar o la protección de los caballos”, señala Ramos. Su organización propuso al gobierno municipal medidas que van más allá de la regulación horaria, como un máximo de peso que deban tirar los animales, que tengan acceso al agua o que estén a la sombra…

En 2024, Pacma elaboró un informe sobre la explotación de los equinos en el servicio de coches de caballos que se presta en Sevilla en el que se constataba la jornada de más de 13 horas continuadas de un cochero, durante las que no se le dio de comer y apenas abrevó en dos ocasiones. “El animal estuvo obligado a soportar una temperatura de más de 40 grados a pleno sol, ya fuera durante los trayectos como durante las largas esperas en las paradas”, se señala en el documento en el que se aporta un vídeo como prueba. “En la ordenanza actual no se recoge tampoco límite de temperatura en la que los caballos deban estar en la calle”, subraya Ramos.

Tanto López como el cochero cordobés insisten en que sus caballos están cuidados y que tienen todos los documentos de los veterinarios que verifican que están en perfectas condiciones para poder trabajar. “Cada cochero tiene que tener tres caballos para garantizar el descanso”, indica López.

En Sevilla se ha tenido que lamentar más de una muerte de caballos por golpes de calor. Que haya normativas ayuda a garantizar la protección de los animales, pero tampoco es un seguro. Ramos recuerda cómo el año pasado tras el desvanecimiento de dos burros que prestan el servicio de burros taxi en Mijas (Málaga) finales de julio por las altas temperaturas y a raíz de dos denuncias presentadas por Pacma, el ayuntamiento aprobó un bando en el que restringía el servicio con alerta amarilla y lo suspendía con naranja. “En agosto, en la primera alerta naranja documentamos a burros circulando y lo denunciamos, y este año también”, recalca Ramos. “Hay alternativas como los coches eléctricos y hay Ayuntamientos, como el de Málaga, con predisposición. La propia sociedad es la que ya no tolera estas prácticas”, advierte la asesora de Pacma.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.
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