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El caso de los audios de Leire Díez contra el jefe de la UCO sacude al PSOE: “Hay una mezcla de cabreo y estupor”

El partido rechaza que la militante haya maniobrado en su nombre para buscar información comprometedora contra el responsable de las causas contra la esposa y el hermano de Pedro Sánchez

Leire Díez interviene como directora de Filatelia y Relaciones Institucionales de Correos en un acto en 2023.Foto: Jorge Gil / Europa Press (Europa Press) | Vídeo: EPV

Leire Díez, una militante socialista desconocida para el gran público y, según juran y perjuran fuentes del PSOE, para la plana mayor de Ferraz y La Moncloa, ha provocado el último corrimiento de tierras en el partido. La difusión de una grabación incompleta en la que maniobraría para obtener información comprometedora del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Balas, al frente del departamento de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO), ha sacudido a los socialistas, que niegan toda vinculación profesional u orgánica con Díez. Esto es, que fuese una fontanera del partido y mucho menos que hubiese recibido el encargo de desacreditar a un alto mando de la UCO. El partido asiste estupefacto al último frente que se le abre en medio de la ofensiva de la oposición sobre un supuesto informe de la unidad de investigación de la Guardia Civil sobre Santos Cerdán, el secretario de Organización.

En los audios, adelantados por El Confidencial, se escucha una reunión celebrada en marzo por videoconferencia entre Díez y un grupo de abogados, junto al empresario Javier Pérez Dolset, procesado por fraude en las subvenciones públicas y el empresario de hidrocarburos Alejandro Hamlyn, imputado en la Audiencia Nacional por liderar una “organización criminal” dedicada al fraude de hidrocarburos, por la que la Fiscalía reclama que se le impongan más de 89 años de cárcel. En este encuentro, Díez se muestra interesada por una información que dice disponer Hamlyn sobre un presunto caso de corrupción en el seno de la UCO, contra el teniente coronel Balas, máximo responsable de la investigación de las causas contra el hermano y la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del caso Koldo y Ábalos.

Hamlyn, que reconoce haber pagado una deuda a la Hacienda del País Vasco de más de 1.000 millones de euros, pide dos cosas antes de proporcionar más información que asegura tener: “Un papelito bien firmado y que se me arregle lo de la foral [una Hacienda vasca]. Necesito algo firme y yo me pongo firme con vosotros”. A cambio, Díez ofrece la posibilidad de sentarse con un fiscal: “Yo te puedo sentar con la Fiscalía”, repite. No queda claro, pues la militante no lo menciona en ningún momento, si el nivel de influencia que prometía en la reunión para lograr alguna ventaja en su proceso judicial era tan real como proponía. Tampoco señala en la conversación que hable en nombre del PSOE ni de ningún cargo.

“No tengo ninguna vinculación con Ferraz. Es cierto que estoy investigando cuestiones que tienen que ver con el mal funcionamiento en algunos casos de algunas instituciones, pero en ningún caso tiene que ver con un menoscabo de la UCO ni nada parecido”, niega Díez en conversación con EL PAÍS. Preguntada sobre el motivo que la llevó a investigar sobre estos temas, responde que su objetivo era “escribir un libro de investigación sobre temas de hidrocarburos”. “Nunca he trabajado en [el área de] Organización del PSOE, en Ferraz, no hay nada que esconder”, insiste, al tiempo que remarca que “en ningún momento” habla en la grabación conocida en nombre del PSOE o del Ejecutivo.

Díez ha sido teniente de alcalde y secretaria general del PSOE en Vega de Pas (Cantabria) en 2017. También ha trabajado en dos empresas públicas: fue jefa de Comunicación de Enusa (Empresa Nacional de Uranio) entre 2018 y 2021 y directora de Filatelia y Relaciones Institucionales de Correos entre 2022 y 2024.

Ferraz no contempla abrirle un expediente, como plantean algunos representantes públicos consultados molestos con la actitud y promesas de Díez en la reunión cuyo audio se ha difundido, con el argumento de que no hay un motivo concreto que se pueda sustentar en los estatutos del partido. “No sé qué se puede hacer, pero la imagen que queda es nefasta. Hay una mezcla de cabreo y de estupor. Esta persona no está a sueldo del PSOE, ha ido por libre prometiendo lo que no puede y sin que nadie le ordenara nada”, defienden en la cúpula socialista.

La sensación de abatimiento, combinada con cierta incredulidad, era la tónica común en las bancadas del PSOE este martes en el Congreso y el Senado. “No tengo ni idea de quién es esa mujer. No es una persona habitual de Ferraz, yo al menos no tengo conciencia de haberle visto en mi vida”, alegaba un peso pesado del Gobierno, que le restaba toda credibilidad tildándole de “una Pequeña Nicolás más”. “Aquí hay más fantasmas... Si no le conozco es que importante no es, ¡tendría que ser de fontanería, fontanería [profunda]!”, ironizaba un alto cargo del Ejecutivo que recalcaba que la protagonista de la última crisis del PSOE “no había sido objeto de conversación” en el Consejo de Ministros.

En La Moncloa también se desmarcaron en privado de Díez, negando que hablase en su nombre. “Ofrece cosas que no puede prometer, pero no dice que haya hablado con el Gobierno. Tenemos una grabación editada en la que promete cosas que no puede prometer ni está autorizada”, argumentan en la sede del Gobierno, donde surge de nuevo la comparación con el Pequeño Nicolás. “El Bigotes también prometía cosas que luego no eran verdad. Los intermediarios tienden a exagerar su poder”, era otro ejemplo que ponían.

Un miembro de la dirección federal, que sí reconoce que conocía a Díez, a la que define como una persona “maja” y “afable”, no escondía su estupefacción. “¿Qué si esto nos debilita? Ya más no", se mostraba tajante. “Se ha abusado tanto de los bulos que ya te insensibilizas”, añadía, aunque acto seguido reconocía que la concatenación de informaciones de presuntos escándalos de corrupción “es un mazazo para la militancia”.

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