Así campaban las narcolanchas en Barbate antes del ataque a la Guardia Civil

Antes de que una narcolancha pilotada por F. J. M. P., conocido como Kiko el Cabra pasara este viernes por encima de una zódiac de la Guardia Civil y matase a dos agentes en el puerto de Barbate (Cádiz), seis fuerabordas de traficantes de drogas se refugiaron del temporal Karlotta durante horas y sin ningún recato en la dársena. Las barcas estaban abarloadas de tres en tres, con al menos un vigilante, a la vista de todos, incluso de agentes del instituto armado de la localidad, para asombro de algunos vecinos, que grabaron vídeos en los que muestran su indignación por la impunidad con la que campaban los narcotraficantes. De hecho, fue el alcalde barbateño, Miguel Molina, quien telefoneó a la Guardia Civil de Cádiz pidiendo auxilio, alarmado por el descaro “de quien se ve en un refugio perfecto porque no hay seguridad”. Al otro lado le trasladaron que “en breve iban a proceder”. En la Comandancia optaron por enviar a los agentes del GEAS —acompañados de guardias de los GAR— que tienen su sede en el puerto de Algeciras, a bordo de una de sus zódiacs que, gracias a su pequeño tamaño, pueden trasladar en furgonetas por tierra para una rápida respuesta. Y por la noche se desencadenó la tragedia, cuando una narcolancha abordó a toda velocidad la pequeña zódiac, causando la muerte de Miguel Ángel Gómez González, un agente del GEAS (submarinistas) de 39 años y natural de San Fernando (Cádiz), con pareja y una hija; y de David Pérez Carracedo, de los GAR (Grupos de Acción Rápida), que tenía 43 años, era natural de Barcelona, que estaba casado y tenía dos hijos. Además, dos guardias civiles más resultaron heridos y dos más, ilesos.