Abascal logra el apoyo del 11% de los votantes que se consideran centristas

Los dirigentes de Vox suelen reaccionar airados cuando alguien los sitúa en la extrema derecha. Y hay una parte de su potencial electorado que tampoco se considera a sí mismo extremista ni mucho menos. Un 11,4% de los votantes que se definen de centro declara que apoyará a Vox, a no mucha distancia de los que se decantan por el PP, un 13,2%, según los datos del barómetro de marzo de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. Esa franja incluye a aquellas personas que en una escala de 0 (extrema izquierda) a 10 (extrema derecha) se autoubica en el 5. Ese es el sector más nutrido del electorado -uno de cada cinco encuestados- y en él se mantiene el PSOE como primera fuerza, con un 16,5% de los apoyos. Todos los datos internos del sondeo pueden consultarse en las webs de EL PAÍS y la Cadena SER.

Aunque la formación de Santiago Abascal haya entrado en grupos de votantes que se ven a sí mismos como moderados, está todavía a bastante distancia del PP en las franjas del 6 y el 7, lo que podríamos considerar centroderecha. Lo supera a partir del 8, donde comienzan las posiciones más nítidamente derechistas. La media de la autoubicación ideológica de los encuestados está muy próxima al centro, con levísima inclinación a la izquierda (4,8). El PSOE abarca desde una parte de esos votantes centristas hasta una amplia mayoría del espacio de la izquierda, donde Unidas Podemos lo aventaja únicamente en las posiciones más extremistas, 0 y 1.

El trabajo de 40dB. refleja que la pugna derecha-izquierda en España es también en buena medida entre modelos de organización territorial del Estado. Cuanto más a la izquierda, más partidarios de la descentralización y cuanto más a la derecha, más defensores de la recentralización. Solo el PSOE mantiene una cierta transversalidad en esta cuestión. Sus mayorías más amplias son en las franjas partidarias de incrementar el poder de las autonomías, pero también obtiene ciertos apoyos (en torno a un 15%) en el espectro de los que abogan por la recentralización en diferentes grados. Los encuestadores elaboraron sobre esta cuestión otra escala del 0 (autodeterminación) al 10 (supresión de las autonomías). La media vuelve a estar en posiciones templadas, esta vez con leve inclinación hacia los recentralizadores (5,4).