Charles Clifford, la cámara que retrató una España que se fue

La obra fotográfica de Charles Clifford (Gales, 1819-Madrid, 1863) ha sido capital en el proyecto de Colección Museo Universidad de Navarra desde sus comienzos. Así lo deja claro la exposición Charles Clifford y el registro monumental de España, con más de 500 fotografías del personaje en su recorrido por España a la búsqueda de los monumentos y edificios que permitieron a los públicos español y del resto de Europa visualizar la belleza y la grandeza arquitectónica y monumental de lo que había sido este país desde la Hispania romana.

En los 10 años que duró su viaje español huyó del pintoresquismo, del relato del XIX sobre la decadencia de España, de la descripción romántica de los españoles como bandidos, miserables y andrajosos, toreros y borrachos tan del gusto de los fotógrafos viajeros franceses e ingleses que visitaron el país. Tampoco insistió en la creación de una tipología femenina de la española como bailaora, Carmen fatal, gitana, exótica, misteriosa y seductora sureña, como gustaba a los públicos europeos. Ni centró su trabajo en las ruinas arquitectónicas que habían dejado los años de enfrentamientos, guerras y peleas en el territorio nacional, con un patrimonio deteriorado cuando no en ruinas y saqueado tras el paso de los ejércitos franceses y británicos durante los siglos XVIII y XIX.

El matrimonio Clifford —Charles y Jane— inauguró su establecimiento en Madrid en la primavera de 1851. Durante los años de su actividad (1852-1862), el gran fotógrafo produjo una obra sorprendente por su calidad y cantidad y, sobre todo, por su carácter único y pionero. Clifford llegó a España sin excesiva experiencia en el campo de la fotografía. En aquellos años se requerían unas habilidades desconocidas en esta nuestra era digital. Tanto por el tamaño y aparatosidad de los equipos que debían transportarse en carros de tiro como porque los materiales negativos debían ser fabricados por el propio fotógrafo (calotipos) o preparadas y aplicadas la emulsiones sobre el soporte de vidrio in situ (negativos al colodión húmedo).

La vida española de Clifford fue una aventura. En la mayoría de los casos llegaba a lugares que nadie antes había fotografiado, y lo hacía sin referencias de una iconografía previa. Y sería él mismo quien estableciera la imagen fotográfica por la que serían conocidos los objetos, los lugares, las personas y los monumentos.

Con el tiempo, la práctica y los errores (algunos de ellos hicieron que parte de sus fotografías del álbum sobre Valladolid, por ejemplo, se desvanecieran), Clifford se convirtió en un excelente calotipista. Para el momento de su cambio a los negativos de vidrio, ya era un maestro consumado. Que su esposa, Jane, se hiciera cargo de la gestión del establecimiento y de su archivo, de la producción y de la elaboración de sus tirajes, facilitó que el fotógrafo galés fuera capaz, en tan solo una década, de producir algunas de las mejores fotografías de la historia del medio. Sobre la actividad de Jane Clifford, tanto en la gestión del estudio, la impresión de la obra de su marido y su actividad como fotógrafa, se ocupa la investigación que ha realizado Rachel Bullough para la publicación que acompaña la actual exposición en las salas del Museo Universidad de Navarra.

La muestra se basa en la suma de las colecciones del MUN y la del arquitecto y coleccionista granadino Carlos Sánchez. Ambas colecciones se unieron a principios de este siglo con el propósito de hacer visible la importancia del trabajo de Charles Clifford. La inesperada adquisición de los cinco tomos del Álbum monumental de España por parte de Sánchez permitió aproximarse al objetivo de completar el cuerpo fotográfico del autor.

Carlos Sánchez y Javier Piñar, comisarios de la muestra, plantean la revisión de la obra de Clifford tomando como guion sus viajes por España, coincidente en gran medida con la estructura del Álbum monumental. Los autores de la investigación señalan con acierto que estamos ante el primer gran fotógrafo en España. Él será quien desarrolle su trabajo fotográfico convirtiéndolo en su profesión. Se diferenció de los fotógrafos que le precedieron porque Clifford no era un diletante con posibles, sino que tuvo que vivir de su profesión. Y antes que él, en España esta profesión no estaba establecida, ni desarrollada. Él tuvo que encontrar su clientela entre la realeza y la aristocracia, en los planes de la Corona por modernizar España, en los ingenieros al servicio de la institución, en las inquietudes culturales y sociales del duque de Montpensier, en la Corona británica, en el Museo de South Kensington… Él fue el primero. Después, los demás transitaron el camino que él dejó trazado.

Valentín Vallhonrat fue director artístico del Museo Universidad de Navarra (MUN) y actualmente es asesor del museo. Las fotografías proceden de la Colección Museo Universidad de Navarra-Colección Carlos Sánchez.