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Kneecap: “Nos quieren sacar de los festivales por los explícitos que hemos sido con el tema de Palestina”

Los combativos raperos norirlandeses se han convertido en un gran dolor de cabeza para la industria musical y el Gobierno británico

Mo Chara, Móglaí Bap y DJ Provaí, integrantes de Kneecap, en concierto en Glastonbury en junio de este año.

Sostienen que la lengua crea historias y que las historias cimentan naciones. Para los miembros de Kneecap, el gaélico es uno de los instrumentos que construyen la identidad. Y eso no tendría mayor debate si no fuera porque esta banda de rap nació en Belfast, capital de Irlanda del Norte y perteneciente al Reino Unido. En esta urbe de alambradas y cicatrices, decantarse por un idioma, por un equipo de fútbol o por unos colores determinados te aboca al eterno bucle de sectarismo y discriminación.

“En Belfast y el Estado del Norte no existió una escuela primaria en lengua irlandesa hasta 1971, y no hubo una secundaria en irlandés hasta 1991”, comentan Móglaí Bap y Mo Chara, integrantes principales de Kneecap, por correo electrónico. Estos dos compañeros de clase montaron, junto a DJ Próvaí, un grupo cuyo propósito era sacar el gaélico del aula y llevarlo a las calles. Que fuera algo “central, relevante y atractivo”.

Kneecap. tras su actuación en el reciente festibal BBk Live de Bilbao.

Lo que parecía una reivindicación sencilla se ha transformado en un grito a favor de otras causas. Desde que Kneecap saltó a la palestra en 2017, no han parado de acumular polémicas. Empezando por el nombre, que alude a los disparos en la rodilla de aquellos años de plomo con escuadrones paramilitares en ambos bandos.

En 2024, con el estreno de la película homónima sobre ellos, la fama y la controversia se aceleraron. Están acusados de acto terrorista por lo que ocurrió en un concierto del pasado noviembre. Se les achaca haber agitado una bandera del partido-milicia Hezbolá y haber aclamado a Hamás. En junio tuvieron la primera sesión, quedando en libertad provisional, y el próximo 20 de agosto están citados para una segunda audiencia.

Su actuación de este año en Glastonbury no fue emitida por la BBC. El acceso a su escenario tuvo que cortarse minutos antes por la gran avalancha de público que quería acceder. Durante el show profirieron proclamas a favor de Palestina y contra el primer ministro británico, Keir Starmer. Los hechos fueron investigados por la policía, que finalmente decidió no tomar acciones contra el grupo. En su concierto en el BBK de Bilbao hace escasas semanas fueron acompañados por los músicos gazatíes Sol Band y por un mar de banderas palestinas que ondearon en el foso. Varias voces siguen pidiendo su retirada de festivales y salas. “Quieren sacar a Kneecap por lo explícitos que hemos sido respecto al genocidio en Palestina. No les gusta que conectemos con jóvenes de todo el mundo en este tema”, razonan orgullosos de que, por cada espectáculo suspendido, han tenido otro “más grande” y las entradas “se han agotado”. Creen que las campañas en contra no son más que un “carnaval de distracción” por parte del “Estado británico” y que no les va a afectar: “Kneecap seguirá haciendo lo que Kneecap piense y sienta, sin importar la opinión de nadie”.

'Kneecap' de Rich Peppiatt

“No somos políticos, somos artistas que estamos aquí para poner en evidencia el entorno en el que vive la gente. Los que han fallado al respetar las leyes son los políticos”, argumentan. Según alegan, criarse en “un lugar que fue colonizado durante 100 años más que el resto de Irlanda” les ha inoculado esa conciencia. “Ellos convirtieron el asunto en político cuando intentaron destruir nuestro idioma y nuestra cultura para conquistar a nuestro pueblo”, sentencian.

Los integrantes de la banda han conectado con miles de personas. “Pensábamos que Kneecap era una historia sobre la lengua irlandesa, pero en realidad es una historia sobre la identidad y la cultura originaria en todo el mundo”, argumentan. “Compartimos experiencias similares con la colonización, y por eso resuena tanto en la gente”

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