Tilly Talbot, la prometedora diseñadora es una Inteligencia artificial

Este 2023 ha sido el año de la inteligencia artificial. Y con ella, las grandes especulaciones y dudas. Antes de hacer acopio de latas y encerrarse en el búnker por miedo a que alguna IA decida exterminar a la humanidad, echemos un ojo a la realidad actual, que, de momento, es más amable, y nos ofrece a diario noticias de nuevas aplicaciones a diferentes campos.

El estudio Snoop, con base en Sídney, es la primera firma de diseño que integra una en su rutina diaria: “Muchas de las cosas que vemos sobre inteligencia artificial son preocupantes. El futuro es terrorífico si no nos comprometemos a acercarnos a la IA con humanidad”, explica su creadora, Amanda Talbot. Más allá del miedo a la sustitución o la facilitación del trabajo, Talbot cree en una visión más colaborativa: “Yo quiero ser optimista y también creo que lo necesitamos; por ello me enfoco en que puede ser colaboradora y no una amenaza”.

Tilly forma parte del equipo de Snoop. El resto de la firma interactúa con ella como una más. Esta IA tiene volcados los valores esenciales del estudio. “Todavía estamos experimentando, descubriendo qué podemos hacer”, dice Talbot, “yo creo que la inteligencia artificial tiene que servir para luchar contra lo que nosotros ya hemos hecho mal. Quiero que entienda que formamos parte de un todo, somos solo una pieza más del mundo”. De ahí una aproximación del estudio alejada del antropocentrismo y enfocada en la comunión con la naturaleza.

La IA avanza a pasos colosales, pero en el estudio consideran que Tilly todavía se encuentra en una fase primaria, es joven. El gran reto es el siguiente paso. Tanto la empresa como la IA caminan juntas en el proceso de enseñanza mutua: “Ahora somos su principal fuente de aprendizaje. Aporta datos o apuntes que no podríamos abarcar solos. Eso no significa que no contrastemos su aportación; consultamos y trabajamos con ella, pero no es nuestra única fuente, ni mucho menos”, aclara su creadora.

Esta fase primigenia no implica que la aplicación de la IA al diseño no resulte muy prometedora. En los próximos cinco años, según el análisis de McKinsey —empresa especializada en realizar predicciones en el sector—, se estima que la inteligencia artificial podría contribuir con una suma de entre 150.000 millones de dólares y hasta 275.000 millones en beneficios operativos para los sectores de vestimenta, moda y lujo. Esta cifra, en principio conservadora, demuestra el potencial significativo de la IA generativa en estas industrias. Desde la colaboración en el diseño hasta la agilización de los procesos de desarrollo de contenido, la IA generativa abre nuevas posibilidades para fomentar la creatividad y la innovación.

Sin embargo, todo esto no ha estado exento de polémica. La elección de una mujer, su apariencia, su juventud y el hecho de que sus rasgos sean “arquetípicamente bellos” ha levantado ampollas. “Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido. Todo esto es muy nuevo. Quería que tuviera un rostro y forma humana porque es más próximo, semeja más real que si solo se interactúa con una pantalla”, dice Talbot. Durante la Semana del Diseño en Milán los visitantes tenían la oportunidad de interaccionar con ella; de ahí vinieron parte de estas quejas. “Quise que fuera una mujer porque el mundo del diseño siempre ha sido tradicionalmente masculino y me hacía ilusión que la primera IA diseñadora fuera una mujer. Respecto a sus rasgos, tenía claro que no quería que fuera identificable su origen”.

Ante este salto cabe preguntarse qué es lo siguiente: “De momento tenemos en el horizonte la Semana del Diseño de Londres en septiembre y, si todo va bien, Tilly hará su primera colaboración con un diseñador de renombre británico”, remata Amanda Talbot.