Viviendas antimalaria
El proyecto Star Homes ha construido 110 vivendas en zonas rurales de Tanzania con el fin de mejorar las condiciones de salubridad de sus habitantes


Con el objetivo de mejorar la calidad de vida en las zonas rurales de África subsahariana se ha puesto en marcha el proyecto Star Homes, basado en la construcción de casas de bajo coste salubres, idénticas y unifamiliares en 55 aldeas de la zona rural de Mtwara, una de las regiones menos desarrolladas de Tanzania y con una alta incidencia de malaria, infecciones de las vías respiratorias y diarrea, las principales causas de mortalidad infantil. Han sido diseñadas por un equipo de arquitectos y especialistas en entomología y en salud pública, y ponen a prueba la capacidad de la arquitectura, el diseño y la medicina para mejorar la salud familiar.
Los artífices son Lorenz von Seidlein, profesor de la Universidad de Mahidol (Bangkok); Jakob Knudsen, director de Ingvartsen Architects y arquitecto principal del proyecto, así como Salum Mshamu, que lidera junto a Lorenz la investigación médica. Lorenz explica: “Para demostrar que un mejor diseño de las viviendas conlleva una mejora de la salud se necesitan pruebas. Las de mayor calidad proceden de los ensayos controlados aleatorios, que comparan la salud de los residentes en casas de nuevo diseño con la de los que viven en casas tradicionales”.
Las familias objeto del estudio, que concluirá en 2024, están entre las más pobres de la zona y fueron seleccionadas por sorteo. Se han edificado 110 casas y se utilizan 440 construcciones tradicionales como grupo de comparación. Durante tres años se han inscrito tres niños menores de 13 años en la vigilancia clínica de cada hogar para poder detectar la diferencia estadística en la incidencia de la malaria entre los dos grupos del estudio. La mayor satisfacción de los promotores de este proyecto sería poder comprobar que exista un impacto positivo en la salud de los residentes.
Las diferencias arquitectónicas entre unas viviendas y otras son considerables. En las tradicionales, las paredes absorben el calor durante el día y lo irradian al interior por la noche, lo que disuade de utilizar mosquiteras, aumentando el riesgo de transmisión de la malaria. En los dormitorios a nivel del suelo hay más mosquitos y, por tanto, más riesgo de contraer infecciones transmitidas por vectores. Cocinar en fuegos abiertos dentro de espacios mal ventilados genera problemas de salud respiratoria. Y al tratarse de superficies de tierra compactada difícil de limpiar, en las que se usan letrinas de pozo abierto, el suministro de agua es inadecuado y el saneamiento mínimo, lo que deja a las familias expuestas a infecciones entéricas.
Según explican sus promotores, las Star Homes son de fácil acceso, tienen un impacto medioambiental reducido y el coste de construcción es menor. Son prototipos de dos pisos con menos superficie de cimientos y de tejado. Se construyen sobre un zócalo de hormigón elevado, rellenado con tierra compactada que disminuye el uso de hormigón y de grava. La estructura se construye con elementos prefabricados de acero de calibre ligero de 0,75 milímetros ensamblados en paneles que un equipo local monta en dos días.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil: rechazaron la propuesta 15 financiadores. Teniendo en cuenta que África subsahariana acaparará la mayor parte del crecimiento demográfico mundial en las próximas décadas, con una previsión de 1.100 millones de personas para 2050, si se confirman las cualidades de las Star Homes, podrían convertirse en un foco de luz en un África en la que la arquitectura desempeñará un papel determinante a la hora de contribuir a un futuro más sostenible.
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