Dougga, la antigua ciudad romana mejor conservada del norte de África
Nos sumergimos en el asentamiento de Dougga, un viaje al pasado en Túnez, catalogado como patrimonio de la humanidad por la Unesco


Túnez es un país sorprendente que puedes descubrir a tiro de piedra desde Europa. En tan solo pocas horas puedes adentrarte en un universo completamente distinto: no solamente por el contraste de culturas sino también por los paisajes. Tanto para los amantes de la historia —por los numerosos lugares arqueológicos y ciudades antiguas que posee— como por la asombrosa naturaleza, ya sea de costa, con sus playas de sobra conocidas, o de interior. Nos adentramos en la región de Bizerta, donde encontramos el yacimiento romano mejor conservado de África, un lugar que, quieras o no, te va a transportar al pasado, y la reserva natural de Ichkeul, un lugar que atrae cada año a miles de aves migratorias, ambos catalogados como patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco en 1997.

La historia de Dougga, la antigua ciudad romana
El yacimiento arqueológico de Dougga (antigua Thugga) abarca una superficie de unas 70 hectáreas que recogen, nada más y nada menos, que 17 siglos de vida. La ciudad fue fundada en el siglo VI antes de Cristo, y por ella pasaron diferentes culturas como la númida, la púnica, la helenística y la romana. El yacimiento de Dougga conserva, de hecho, los restos de una ciudad antigua con todos sus componentes y ofrece el ejemplo más conocido de la organización de una ciudad fundada por indígenas y de la adaptación de su urbanismo al modelo romano.
¿Por qué se asentaron aquí los romanos? Pues bien, antes de que llegaran los romanos esta ya había sido la capital del reino númida, de la que se conservan algunos restos arqueológicos. Antes de este periodo queda muy poco, o no se ha podido explorar lo suficiente. De todos quizá el más considerable de esta época es el mausoleo libio-púnico, que se alza a 21 metros de altura, que demuestra la capacidad económica que tuvo la ciudad. Tras ese periodo sirvió como asentamiento romano, aproximadamente en el 46 antes de Cristo. Los romanos se asentaron aquí llegados desde Cartago.
La ciudad de Dougga quedó dividida entre los indígenas —los considerados no romanos—y los romanos, que coexistieron como en otros asentamientos durante siglos creando una miscelánea cultural. A lo largo de más de dos siglos, la ciudad experimentó un gran crecimiento urbanístico gracias a las familias adineradas, y de ahí que se conserven hasta ahora los restos de la ciudad. Además de las casas típicas, se construyeron otros monumentos desconocidos para la época como las termas públicas, el circo, el teatro, templos, un arco de triunfo, acueductos, los clásicos edificios del Imperio Romano.
¿Qué pasó a partir del siglo IV? Pues que poco a poco fue cayendo en el olvido, hasta prácticamente desaparecer, dejando paso a un asentamiento rural en el periodo islámico. Dougga desapareció durante el Protectorado francés de Túnez, que empezó en 1881 hasta 1956. Es entonces cuando Dougga nace como yacimiento arqueológico y la Unesco lo añade a su lista de patrimonio de la humanidad en 1997. Gracias a sus 70 hectáreas de superficie y a los vestigios de más de 17 siglos de historia, el yacimiento de Dougga es un referente cultural en África. Se considera uno de los mejores ejemplos que se conservan de la adaptación al modelo urbanístico romano de una ciudad fundada por los númidas, que fue fuertemente punificada. Por el excelente estado de conservación de la mayoría de sus monumentos y su rica colección epigráfica es considerado una de las ciudades más importantes del mundo romano.

Qué ver en Dougga
Dougga se encuentra a unos 100 kilómetros de Túnez, es un lugar turístico, por lo que es accesible actualmente en coche o autobús. Muchos visitantes aprovechan la cercanía con Cartago para visitar las dos antiguas ciudades en el mismo día o en varios días. Es un recorrido por la historia imprescindible. Ya en el yacimiento arqueológico se pueden ver alrededor de 21 monumentos; se recomienda, eso sí, escoger un buen guía para conocer la historia en profundidad, y también madrugar, sobre todo en las estaciones de más calor.
Una vez allí, hay mucho por ver. Lo primero es que Dougga se encuentra en una colina rodeada de olivos, por lo que las vistas están aseguradas. Sin duda, destacan los restos de su antiguo teatro restaurado con capacidad para 3.500 personas. Este fue construido en el año 168 por uno de los residentes más adinerados de la ciudad. El festival de Dougga, que suele celebrarse en julio o agosto, se celebra actualmente en este hermoso teatro.
Al norte del teatro, las ruinas de la iglesia vándala de Victoria constituyen el único testimonio del cristianismo en Dougga. La iglesia se construyó a principios del siglo V; y un poco más al norte se alza el templo de Saturno, del que hoy tan solo quedan unas seis columnas sobre el valle del río Kalled, que dominaba el acceso norte de la antigua ciudad. Bastante cerca del templo de Saturno se emplaza la muralla númida que protegía la ciudad antes de que llegaran los romanos y el santuario de Neptuno, o lo que queda de él. En esta zona también se pueden apreciar las cisternas, el acueducto romano, el arco del triunfo y el mausoleo líbico-púnico.

Hay numerosos templos construidos en honor a deidades como Minerva y Juno Caelestis. Una de las ruinas más impresionantes corresponde al Capitolio, construido en el año 166. Tiene muros de 10 metros de altura y seis imponentes columnas, cada una de 8 metros de altura, que sostienen el pórtico. Los enormes muros son el mejor ejemplo conocido de una técnica de construcción llamada opus africanum, que utiliza piedras grandes para reforzar los muros construidos con piedras pequeñas y escombros.
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