Las Cenizas 2015, frutillos silvestres

Los hermanos Hernáiz, Eduardo y Víctor, ya demostraron con su proyecto La Emperatriz, basado en una finca de 101 hectáreas, no solo audacia vitivinícola —parcelando los viñedos por variedades, microclimas y suelos—, sino una visión empresarial encomiable que les ha permitido situar sus vinos entre los mejores de Rioja en tiempo récord.

Ahora amplían su oferta con un emocionante regreso al pasado: los clásicos y populares tintos de Cenicero, lugar de origen de la familia, donde poseen cuatro pequeñas parcelas de viñedo con cepas plantadas en los años ochenta. Cuentan para ello con la experiencia del enólogo Ángel Ortega, buen conocedor de la zona y su historia antes del dominio de las cooperativas. Un excelente tempranillo, tocado con un poco de mazuelo, y el uso combinado de barricas nuevas y usadas de roble francés y americano conforman el audaz diseño de un vino moderno pero con aires de antaño.

Su propuesta aromática se basa en la destacada presencia de los frutillos silvestres (mora) y la fruta negra madura (ciruela), guarnida de notas florales y balsámicas, con un elegante toque especiado, y el soporte firme pero liviano de la madera. Sabroso y equilibrado, el vino fluye fresco y vivaz por la boca hacia su largo y afrutado final.