Golosina frutal

Fiel reflejo de la estrategia de la casa madre, bodegas La Horra (expansión en Ribera del Duero de la prestigiosa bodega riojana Roda) alcanza con Corimbo I la excelencia apuntada por su hermano menor Corimbo. Claro que la pirueta sale bastante cara, lo que no deja de ser una apuesta arriesgada, particularmente en épocas de vacas flacas y bajo consumo.Pero las fechas navideñas pueden ser el momento para hacer un esfuerzo económico, porque merece la pena.

En efecto, tras una estricta selección de cepas y granos, la habitual fermentación en tinas de madera y 18 meses de crianza en roble francés (y algo de americano), un tradicional clarificado con albúmina de huevo y el conveniente reposo en botella, el vino muestra la excelente calidad de la añada, la firmeza del viñedo viejo y el buen hacer de la casa.

Estamos ante un vino contundente y poderoso, lo que, en un alarde de virtuosismo enológico, consigue sin perder su característica finura y elegancia. Corimbo I tiene profundidad aromática, delicada y compleja, con la nota dominante de fruta madura (mora, ciruela) cargada de matices especiados, notas balsámicas, hierbas aromáticas, flores, cacao, ligeros tostados y madera perfectamente integrada. Muy sabroso, expresivo y profundo, tapiza la boca con sus mórbidos taninos y baña el paladar de golosina frutal, fresca y evocadora.