Zapatos de Cavalli

Gorka Postigo no conocía Marrakech. Un encargo hizo que el fotógrafo y arquitecto, que hasta el 7 de julio expone Delusions, una selección de sus imágenes, en La Fresh Gallery, en Madrid, empacara su equipo y se fuera al desierto a disparar con su cámara.

¿Fotografió dromedarios?

Para uno de los reportajes que íbamos a hacer los necesitábamos. En un momento dado estábamos haciendo la producción de ropa con uno de los modelos y nos dimos cuenta de que uno de los animales se estaba comiendo un vestido.

¿Era de marca?

Sí, pero se lo sacamos de la boca a tiempo. Eso sí, era demasiado tarde para unos zapatos de Roberto Cavalli; el dromedario se había meado sobre ellos.

¿Durmió en un riad?

Estuve en Snan 13, decorado con elementos marroquíes pero con un estilo minimal. El patio, con su bassin, la piscina principal, transmitía una sensación de paz y tranquilidad muy potente.

¿Tallin o baklavá?

En general, la comida me parece deliciosa. Una noche cenamos en La Palais Rouhl, un restaurante decorado con un estilo colonial muy cuidado.

¿Descubrió el ambiente gay?

No salimos por la noche. El ambiente existe pero no está nada permitido. Un chico nos contó que un amigo suyo tenía un hotel que una guía de internet catalogó como gay friendly. Al poco, la policía empezó a acudir al establecimiento para controlarlo. No permiten ninguna expresión del tema; lo viven pero de puertas para adentro.