Bailando con mantas a 25 metros de profundidad y sin respirar

De noche cerrada, en las profundidades de las aguas de las Maldivas, la luz de la linterna del apneísta español Miguel Lozano atrae al plancton. Tras estos microorganismos, en busca de alimento, llegan las mantarrayas más grandes del mundo.

El encuentro, similar a un baile submarino, queda registrado en un vídeo de gran belleza. El apneísta suaviza sus movimientos para evitar que los animales se asusten, mientras trata de mantener la apnea sin que le suban las pulsaciones ante unos ejemplares mucho más grandes que él.

“Es una experiencia única y sientes que estás interactuando con un animal salvaje que te dobla o triplica de tamaño. Pero son sumamente delicadas y precisas bajo el agua”, señala Lozano, uno de los apneístas más profundos del mundo, con una marca de 122 metros en la modalidad de inmersión libre. Pocos tan preparados como él para el reto de bailar con las mantas.