Verano en llamas

Las llamas devoran la Europa mediterránea, que está padeciendo un verano negro de fuego y humo. Es lo que indican los datos que recaba el proyecto EFFIS (siglas en inglés del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales). Hasta el 19 de agosto, el EFFIS tenía contabilizadas 486.455 hectáreas afectadas por incendios dentro de la Unión Europea. Está muy por encima de la media entre 2008 y 2016 para esa misma fecha, que sitúa la superficie afectada por el fuego en la UE en 175.333 hectáreas. También se ha disparado el número de incendios, de los 452 de la media entre 2008 y 2016 a los 1.222 que este sistema de seguimiento tiene contabilizados en lo que va de 2017.

Y estas cifras —esas 486.455 hectáreas en lo que llevamos de año— se quedan cortas. “Los incendios cartografiados en el EFFIS son aquellos mayores de alrededor de 30 hectáreas, lo que implica que el área quemada es mayor”, explica Jesús San-Miguel-Ayanz, responsable de este proyecto. Los satélites que emplea el EFFIS, de momento, solo captan los fuegos que superan esa extensión.

La temporada está siendo nefasta en Portugal, que sufrió un tremendo incendio en junio que se cobró la vida de 64 personas y quemó más de 65.000 hectáreas. Y las llamas no han dado respiro durante el verano al país vecino, que ha llegado a solicitar ayuda a otros socios de la Unión Europea.

Pedro Rina, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), estuvo a mediados de este mes en uno de los incendios del país vecino, en el de Vila de Rei, en la zona central de Portugal, la más castigada por el fuego. “Era un bosque muy denso, con mucho combustible seco. Los bosques no están limpios”, resume este militar que lleva tres años en la UME. Más del 40% de la superficie quemada por incendios en 2017 en la Unión Europea está en Portugal, según los datos del EFFIS.

No solo Portugal sufre esta lacra forestal. Toda la cuenca mediterránea la está padeciendo. En España, por ejemplo, el fuego ha quemado 75.000 hectáreas entre el 1 de enero y el 13 de agosto. Según los datos del Gobierno, eso supone más del doble de lo arrasado en el mismo periodo de 2016. Grecia tampoco escapa de las llamas. Aunque huya en moto.