A Pèl 2015, el tesón en una copa de vino

ABRIR UNA botella de los vinos que Josep Mitjans, enólogo, fermenta en vasijas de barro es recibir un gran abrazo: llena de oscuridad y profundidad, de integridad y bienestar. Ofrece un sentido íntimo y distinto de los sabores de su tierra. Hay misterio en la relación de Mitjans con sus viñedos, hay comprensión innata y ningún aspaviento, hay sentimiento y complicidad, sonrisas y un punto de picardía. A Pèl 2015 es un vino que recoge al caminante y lo lleva por los senderos de la frescura y la franqueza con brío y energía, con soltura y desparpajo. Este vino es vida y corre como agua que brota de una tierra con cicatrices. Sabe a ciruelas y a violetas, huele a pastel de cerezas y a arándano negro. Tiene la acidez de la corteza de naranja confitada y la consistencia y enjundia de la algarroba y la almendra. Baila en la copa como las sombras en la caverna para anunciar que la verdad existe: no hay más que beberla.