Integrar
Como reacción numerosas voces irritadas reclaman una integración efectiva que obligue a los musulmanes, sean nativos o inmigrantes, a respetar los valores de un país occidental

Después de la agresión a mujeres en Colonia, el imán de la mezquita local fue comprensivo con la fechoría: “Iban perfumadas... casi desnudas” (lo cual en Colonia y en diciembre tiene más mérito que vicio). Pretende que a los varones de su parroquia no se les puede pedir que respeten a las hembras reacias a enmascararse y oler a sobaquina. Para ellos son peores que prostitutas. Como reacción, numerosas voces irritadas reclaman una integración efectiva que obligue a los musulmanes, sean nativos o inmigrantes, a respetar los valores de un país occidental. Ellos tienen sus costumbres, sus tradiciones, sus creencias religiosas, etcétera... pero todos esos rasgos distintivos pertenecen al orden de la cultura y pueden ser practicados libremente siempre que no se opongan a las leyes comunes: en caso de conflicto entre ambas, son los derechos de todos los que deben prevalecer sobre las preferencias culturales de algunos, incluso aunque sean muchos. La única identidad cultural básica y exigible a todos es la cultura democrática: a partir de ella, constitucionalmente expresada, cada cual tiene derecho a decidir su perfil...
Lo contrario sería hacer retroceder el fundamento laico y universal de nuestra convivencia (que otorga derechos y exige deberes sin hacerlos depender de genealogías, etnias, territorios, géneros, ideologías, etcétera...) a determinismos identitarios particulares que imponen no el derecho a la diversidad sino la diversidad de derechos. Lo cual no es una reivindicación exclusiva de dogmatismos religiosos sino también de dogmatismos nacionalistas y separatistas, como vemos acerbamente en España y ya apunta en otros países europeos. Lo chocante es que nadie considera progresista fragmentar la ciudadanía en nombre del tribalismo religioso, pero no faltan quienes consideran en cambio de vanguardia hacerlo por tribalismo territorial...
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El Bernabéu señala a Vinicius, pitado tras ser sustituido contra el Sevilla
El tren interoceánico con 148 pasajeros choca en México con un tráiler sin dejar heridos
Un récord para Mbappé en la noche del desencanto del Bernabéu con el Real Madrid
La Real Sociedad ya tiene nuevo entrenador: Pellegrino Matarazzo
Lo más visto
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Cae una organización que enviaba camiones cargados de cocaína desde Marbella hasta varios países europeos
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- La policía registra varios domicilios y las oficinas de la ministra francesa Rachida Dati por otro presunto caso de corrupción
- La Administración de Trump publica solo una parte muy censurada de los papeles de Epstein, aunque la ley le exigía difundirlos “todos”




























































