Ayer y hoy

Hoy vengo con resaca de elecciones, así que, lo primero de todo, no griten por favor; no hace falta levantar la voz para entendernos. Graciassssssss.

Sentadas las bases, aviso para los adictos a la información people: hoy no van a encontrar nada sobre Isabel Preysler en el Real, ni sobre la reina Letizia en el Real ni tampoco sobre mi peor pesadilla Donald Trump ni en el Real ni en el irreal mundo de los hipotéticos presidentes de los Estados Unidos. Hoy, nuestras vidas giran en torno a la jornada de ayer.

Hoy tengo el día melancólico, como cuando un marido al que ya tienes muy visto te suelta el temido "tenemos que hablar". De repente, como que recupera el brillito con el que te sedujo; ese que la puñetera rutina y la falta de comunicación ensombrecieron hasta que se nos acabó el amor. Mierda. ¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí?

Hoy no me hablen de razones históricas, políticas ni económicas. Aquí y ahora desgrano mi mapa sentimental.

Empiezo. Cosas que amo de Cataluña: El pa amb tomàquet (vulgo, pantumaca). No puedo vivir sin él. El personaje de Saza, en La escopeta nacional. El grito primigenio de Freddy Mercury y Caballé: ¡¡Barceloooonaaaa!! Eugenio y su saben aquell que diu. Los viajes de fin de curso a la Costa Brava. Tamariu. Calafell. Jaume Figueras. El Paseo de Gracia. Cobi y los Garriris. El misterio de la cripta embrujada, de Eduardo Mendoza. Nada, de Carmen Laforet. Mis amigos María y Miguel, Gloria, Jordi... Hoy, tendríamos que hablar.