El oro de Europa

Ha transcurrido ya un siglo largo desde que Julio Camba, en su artículo titulado El oro de América, publicado en prensa en junio de 1908, escribía sobre la emigración gallega de aquella época: “A diario se van a ella (a América) nuevos aventureros en busca de nuevos tesoros. Y los traen. Traen algunos miles de pesos; pero algo se dejan allí que tiene más valor: la juventud y el trabajo. Esos miles de pesos son la remuneración de un esfuerzo, siempre mayor que los miles, y el fruto de ese esfuerzo se queda en América” (sic). Cien años después sus palabras continúan vigentes: sustituyamos América por Europa, pesos por euros e incluyamos ahora en el flojo balance que está suponiendo para toda España la emigración de sus jóvenes mejor preparados el déficit adicional correspondiente a la inversión en su formación que hemos pagado entre todos los contribuyentes. El resultado vuelve a ser que todo ese esfuerzo redundará en provecho de otros, con un coste social enorme que tardaremos muchos años en recuperar.

¿Cómo entender, entonces, las displicentes y repetidas manifestaciones de nuestra ministra Fátima Báñez, que solo ve ventajas en esta “movilidad exterior” consecuencia del “espíritu aventurero” de nuestros jóvenes? ¿No sería de esperar del Gabinete ministerial del partido que ahora gobierna España, atribuyéndose el éxito de una incipiente recuperación económica (que las clases medias y trabajadoras no acaban de percibir) y que aspira a ganar las próximas elecciones generales, alguna declaración menos estrambótica e insultante y alguna idea... a secas?— Joaquín Lameiro Paz.