Un cerco que se estrecha

Conforme avanza la investigación judicial de la trama Púnica —que propició el cobro de comisiones a empresas beneficiadas por concesiones de servicios o de contratos públicos en diferentes Administraciones— el círculo de sospechosos se agranda, y se aproxima a la actual cúpula del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Las últimas investigaciones apuntan al actual consejero de Presidencia y Justicia, Salvador Victoria, que habría gestionado el pago irregular por parte de uno de los proveedores de servicios informáticos a la Comunidad de trabajos efectuados por una de las empresas de la trama para mejorar la imagen de altos cargos del PP en las redes sociales.

El consejero ha negado tener relación con la trama, pero las grabaciones y documentos aportados al sumario apuntan a que podría haberse utilizado dinero público, a través de facturas falsas, para fines estrictamente partidistas. En ese caso la causa debería ser remitida al Tribunal Superior de Justicia de Madrid: tanto Victoria como otros dos altos cargos señalados —los diputados José Miguel Moreno y Mario de Utrilla— son aforados.

De confirmarse su implicación, el escándalo cobraría una nueva y aún más grave dimensión política. A pocos días de conocerse los detalles de las acusaciones de la fiscalía en el caso Gürtel, la evolución del caso Púnica estrecha el cerco sobre la cúpula del partido en la Comunidad de Madrid y pone a prueba, una vez más, la determinación del PP para cumplir los compromisos de regeneración que con tanta vehemencia proclama.

Según las últimas revelaciones, la trama no se limita a ex altos cargos autonómicos, sino a personas en el ejercicio de sus funciones. Eso interpela de forma directa al actual presidente, Ignacio González, del que Victoria es mano derecha. Hay que recordar que el supuesto cabecilla de la trama es un antecesor de Victoria en un Gobierno presidido por Esperanza Aguirre, el exconsejero de Presidencia Francisco Granados, que está en prisión.

Con esta nueva derivada, se sitúan en el centro del caso dos de las figuras que se postulan como principales bazas del PP en las próximas elecciones municipales y autonómicas, Esperanza Aguirre, que se autopostula como candidata a la alcaldía de Madrid, y el propio Ignacio González, que aspira a la reelección como presidente de la Comunidad.