El Big Ben se toma unas vacaciones

El Big Ben ha dejado de dar la hora. No se preocupe, porque no ha llegado el fin del mundo; simplemente se trata de un parón temporal por trabajos de mantenimiento. Ser uno de los iconos turísticos más famosos a nivel mundial tiene un precio. Requiere estar reluciente ante las millones de fotos que cada año se toman desde el Puente de Westminster. Durante una semana aproximadamente, varios operarios se deslizarán por cada una de sus cuatro caras con un trapo y agua jabonosa para dejar su superficie como una patena. Pero tan importante es el exterior como el interior, por lo que también se revisará su maquinaria, que presume de ser una de las más precisas del mundo. El emblemático reloj de estilo neogótico, con 154 años de historia, ha tenido que esperar cuatro desde su última limpieza. Aunque mientras tanto no se ha aburrido: en 2012 acaparó más fotos que nunca con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres y el jubileo del reinado de Isabel II. Precisamente ese año, en honor a la soberana, se rebautizó la torre que lo sostiene como Elizabeth Tower.