Recaudar, recaudar, recaudar

El código de circulación establece que, en un semáforo, una luz ámbar fija debe ser tratada como si fuera una roja, estableciendo dos excepciones: que cambie a ámbar justo cuando se está rebasando el semáforo o que no se pueda efectuar una parada en condiciones de seguridad suficientes. Cómo se puede entender, entonces, que los semáforos con cámara de la ciudad de Madrid multen a los conductores que pasen el semáforo en ámbar haciendo una foto única y exclusivamente al “infractor”. No hay foto del entorno ni, en caso de pedirlo, ningún informe que certifique la adecuada coordinación de cámara y semáforo, como se demostró en un juicio de octubre del año pasado. No hay, por tanto, posibilidad de defensa. Un poco inquisitorial, ¿no?

Cambiemos de tema. O no tanto. Una persona que no tiene techo bajo el que cobijarse puede enfrentarse a multas de hasta mil euros por dormir en la calle. ¿No creen que si esa persona dispusiera de mil euros para pasar la noche, estaría en una suite de un hotel? Desde luego, con esa cantidad, le da de sobra.

Se podrían dar muchos más ejemplos de multas de dudoso objetivo, lo que me lleva a pensar, ¿es el momento de establecer multas de semejante cuantía por tales “infracciones”? ¿Es ético recaudar dinero de esta manera? Quizá no sea el objetivo de estas multas, pero hay que reconocer que, desde luego, lo parece.— Carlos Martín Cabarcos.