Recuerdos de Concha
Yo fui en tiempos profesor de inglés de Concha García Campoy y como Concha ya hablaba muy bien el idioma, nuestras “clases” consistían en largas conversaciones sobre lo divino y lo humano mientras tomábamos café y comíamos bombones: pueden imaginar lo agradable que fue darle clase. Ella tenía mucho que contar. Todos los que comentan su personalidad resaltan su inteligencia, su cultura, su bondad y su simpatía, pero espero que alguien cuente alguna vez toda la alquimia que produjo una persona tan especial, a la vez brillante y humana. Contar la Andalucía de Queipo de Llano, el abuelo alcalde fusilado y la posguerra, los padres que se conocieron en la diáspora andaluza de Cataluña y se casaron, las inundaciones de Terrasa de 1962, donde murieron cientos de personas y donde las riadas arrasaron todo lo poco que tenían los inmigrantes, el sobrevivir con lo puesto en barracones, y la saga de cómo llegó la familia finalmente a Ibiza y cómo sus padres pusieron una pequeña tienda para los turistas y lucharon para criar bien a sus hijos. Y lo que significó para Concha en su desarrollo como persona el instituto de la pequeña ciudad donde iban todos los niños sin distinción, desde los Matutes hasta el hijo del barrendero, y donde nació su vocación de periodista. Todo esto muy bien contado, con sencillez, buen humor y franqueza por una bella y culta mujer de éxito en un ático mirando al Retiro.
La gran pena de todo esto es que personas con la cabeza tan bien amueblada, y el corazón tan bien en su sitio como ella tenía, suelen envejecer muy bien y Concha iba para ser algún día una viejecita deliciosa. Gran pena que no pudo ser.— David Seaton.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Los insultos de la trama a Ábalos tras comprarle un chalé para su disfrute: “Hijoputa el putero. Ha sido pillar la casa y le ha dado al botoncito”
El Bolonia baja el suflé del Celta
La inflación acelera en Argentina y alcanza el 31,4% interanual
La nueva polémica de Adán Augusto: llenar el Senado de ‘Grandeza’
Lo más visto
- Lituania declara el estado de emergencia para hacer frente a la oleada de globos procedentes de Bielorrusia
- La asociación de fiscales progresistas ve en la sentencia del Supremo “un giro constitucionalmente letal”
- El Congreso estudia una proposición de ley para unificar a todos los funcionarios de categoría A en un único grupo
- Uno de los periodistas del juicio del fiscal general: “Conmino al Supremo a que deduzca testimonio”
- Nemo devuelve el trofeo que ganó en Eurovisión por el apoyo de la UER a Israel: “No creo que deba estar en mi estantería”




























































