El ‘caso Assange’

(...) Cualesquiera sean las opiniones que uno tenga sobre Julian Assange como activista de Wikileaks, está claro que en términos legales y morales no se le puede describir como un refugiado. (...) La naturaleza inadecuada de la pretensión va más lejos. Puesto que el señor Assange es reclamado por los tribunales en Suecia con el propósito específico y correcto de responder a dos alegaciones de ataque sexual, lo que en lenguaje de cualquiera es un grave delito no político, también queda claro que se le excluye de la posibilidad de ser tratado como refugiado.

Nada de este aspecto fundamental del estatus del señor Assange fue discutido de forma seria por el ministro de Exteriores ecuatoriano (...) que hizo otras muchas puntualizaciones antes de confirmar la decisión de otorgar el asilo al señor Assange. La mayor parte se basaban en la afirmación de que Estados Unidos quiere atrapar al señor Assange a causa de Wikileaks, que podría torturarle, que su deportación a Suecia por el Reino Unido acercaría esta posibilidad, y que Ecuador tiene derecho a protegerle. Nadie debe ser ingenuo respecto a EE UU, pero esta es una manera falaz de razonar. EE UU no ha dicho si quiere detener al señor Assange (...) Si quisiera su extradición, lógicamente podría hacer uso del excesivamente generoso tratado de extradición con EE UU (...).

(...) Pero así como Ecuador se equivoca al pretender que el señor Assange es un refugiado, Gran Bretaña se equivoca al amenazar con entrar en la Embajada de Ecuador en Londres (...). Gran Bretaña debe concentrarse en ser paciente y hacer lo correcto.

Londres, 17 de agosto