Muere la niña que se cayó de un tobogán hinchable en Barcelona tras 11 días en coma

Claudia, la niña de 11 años que se cayó el pasado 9 de abril desde un tobogán hinchable instalado en el Port Vell de Barcelona, ha fallecido hoy en el Hospital del Valle Hebrón, tras pasar 11 días en coma. Un portavoz de la familia ha explicado que la muerte cerebral de la niña se ha confirmado esta mañana, y que está previsto donar todos los órganos de la menor.

El tobogán estaba instalado en el puerto de Barcelona, junto a otras atracciones bajo el título Feria Májica. "Pensamos que si era una atracción para niños debía tener todas las medidas de precaución posibles para evitar estos accidentes", denunció el padre de la pequeña. La niña cayó por un lateral del tobogán desde una altura de cuatro metros y se golpeó la cabeza con el suelo. Como consecuencia del golpe, Claudia quedó inconsciente y con dificultades respiratorias.

Su propia madre fue quien le practicó la respiración asistida hasta que llegó una ambulancia que la trasladó en estado grave al Hospital del Valle Hebrón, donde fue sometida a una intervención quirúrgica para aliviar la presión cerebral provocada por el fuerte traumatismo.

Después del accidente, el padre de la niña pidió a las autoridades que tomaran cartas en el asunto, porque consideraba que su hija estaba pagando una imprudencia de ellos, ya que el dueño de esta atracción no tuvo la previsión de colocar unas protecciones laterales, y no había ni una colchoneta, ni un cartón, para amortiguar la caída. El gerente de Port-2000, Adolf Romagosa, explicó entonces que el accidente se produjo en la atracción denominada Titánic, un tobogán sin ningún elemento de rotación ni mecánico, y aseguró que esta instalación tenía todos los permisos en regla, incluido un visado del Colegio de Ingenieros.

Tras el accidente, la policía portuaria elaboró un informe del suceso, con fotografías incluidas, que se entregó al juez de guardia, y la atracción fue desmontada.