Controlado el vertido tóxico que provocó una alerta en la localidad cántabra de Boo

El susto ha pasado en la localidad cántabra de Boo. Hacia las 7.30 de esta mañana, un camión cisterna que transportaba ácido clorhídrico ha volcado a la altura del kilómetro 9,900 de la A-67, la autovía que une Santander y Torrelavega, las dos principales localidades de la provincia. Tras unas horas de alarma la Delegación del Gobierno de Cantabria ha asegurado que la situación está controlada y ha anunciado la próxima reapertura de la carretera.

Hacia el mediodía ya estaba plenamente operativa la autovía en sentido Torrelavega, aunque permanecían cerrados los carriles en dirección a Santander.

Como medida preventiva la Guardia Civil había cortado la autovía entre los kilómetros siete y once, y había desviado el tráfico por las nacionales 611 y 624. Además, los agentes pidieron a mil vecinos de la localidad de Boo de Piélagos, la más próxima al lugar del accidente, que no salieran de sus casas y que sellaran puertas y ventanas con toallas y ropa húmeda.

Ante el siniestro, Protección Civil del Gobierno de Cantabria ha activado el Plan Especial sobre transportes de mercancías peligrosas por carretera (TRANSCANT). La formación de la nube tóxica ha llevado además a la puesta en marcha del nivel 2 del plan especial de mercancías peligrosas, diseñado para afrontar aquellos accidentes que por su gravedad o extensión de riesgo y sus efectos requieren la plena movilización de la estructura organizativa de emergencias y de medios y recursos que debe proporcionar la Administración del Estado.

La circulación es lenta, aunque con fluidez, excepto en las carreteras que se han utilizado como vías alternativas, según ha indicado la Delegación del Gobierno. Miembros de los equipos de emergencias, de la Guardia Civil y del Parque de Bomberos de Santander están echando tierra y arena sobre la calzada para absorber el líquido derramado y se espera que la limpieza y la retirada del camión finalice en las próximas horas.

Una nube tóxica de ácido clorhídrico puede provocar irritaciones y sarpullido en la piel. En el accidente no se han producido heridos. El acalde de Piélagos, Jesús Ángel Pacheco, ha afirmado que el vertido no ha provocado alarma entre la población porque desde el primer momento el operativo encargado de controlarlo aseguró que no era grave para la salud". "Sólo ha sido mala suerte", ha afirmado.