Apoyar más la ciencia y la tecnología: una tarea inaplazable

España ha afrontado situaciones excepcionales en los últimos cinco años, como el covid, la Filomena en Madrid, la erupción volcánica de la Palma, la dana en Valencia y el apagón generalizado que sufrimos el pasado abril en todo el país. Para enfrentarse a estas situaciones la investigación científica y tecnológica son esenciales.

Gran parte de la investigación en España se lleva a cabo en sus universidades. La investigación es una tarea ardua y requiere que confluyan muchos factores, entre los cuales destacan el reconocimiento, el tiempo, la persistencia, los recursos, un ambiente propicio y evitar las distracciones no esenciales.

Reconocimiento es que cuando un investigador o profesor universitario hace investigación de alta calidad se le reconozca. Por ejemplo, en forma de premios a resultados de gran impacto. En España el reconocimiento a la investigación suele ser considerablemente inferior al que se da en otra potencias. Siempre debemos premiar el gran esfuerzo de los investigadores, pero con más razón cuando tienen importantes éxitos.

Después el tiempo. Una vez un profesor universitario ha acabado de preparar y dar sus clases, preparar y corregir tareas y exámenes, dirigir trabajos de fin de grado y master, rellenar encuestas y un larguísimo etcétera es probable haya agotado casi todo su tiempo. Y si no hay tiempo para hacer investigación de calidad, se intenta cubrir el expediente publicando lo mínimo, y de la calidad mínima posible para poder seguir ascendido en el escalafón universitario. Para que los profesores dispongan de más tiempo hay que reducir sus tareas docentes y de gestión, mediante la ampliación de las plantillas de profesores y personal de administración/servicios.

La investigación también necesita una considerable persistencia. La mayoría de los problemas importantes son afrontados por investigadores en todas partes del mundo que compiten por obtener la solución. Esta persistencia requiere recursos. Los aportes que los diferentes gobiernos hacen no llegan a cubrir las necesidades para el adecuado funcionamiento de algunas universidades españolas. Hay que buscar formas de aumentar los recursos públicos y privados destinados a investigación.

Hay que generar un ambiente sin distracciones innecesarias para los investigadores.

Los investigadores necesitan un ambiente propicio. Por ambiente me refiero un clima que favorezca la investigación y la valore institucionalmente. Para ello siempre hay que contratar a los más brillantes, de todas partes del mundo, no a los más cercanos a nuestros intereses. Además, todo lo que sea apoyo a la investigación, debe tener una presencia en la actividad diaria. Por ejemplo, hay que propiciar reuniones entre compañeros donde se hable de investigación. En el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton el ambiente es tan inspirador que proporciona energía física y mental para investigar. Pero el efecto contrario también ocurre si el ambiente no es propicio.

Finalmente, hay que generar un ambiente sin distracciones innecesarias para los investigadores. Muchos de los asuntos que ocupan reuniones de investigadores en España deberían ser tratados por personal administrativo. Para fomentar este ambiente sin distracciones es necesario que los cargos de gestión importantes valoren la investigación. Además, es imprescindible que haya suficiente personal de administración y servicios y que tengan excelentes condiciones y proyección laboral, pues sin ellos mucha de la investigación que se lleva a cabo no sería posible.

Algunas universidades españolas están en una situación complicada y la curva actual es ir a peor en investigación. La investigación no debe ser la tarea que se hace una vez el resto de cosas urgentes se han hecho, porque entonces o no se hace o se hace mal. Es preciso que los gestores universitarios del más alto nivel y las autoridades competentes hagan un análisis de la situación, y como fruto de ese análisis elaborar una política científica de amplios consensos, que pueda mantenerse de forma prolongada en el tiempo. En mi opinión dicha política científica tiene que incluir una estrategia a corto, medio y largo plazo, pero también ser flexible, porque podemos enfrentarnos a situaciones que ahora ni podemos imaginar.

Afortunadamente España cuenta con muchas personas brillantes y bien formadas, deseando de contribuir a la ciencia, la tecnología y prácticamente todas las ramas del conocimiento. Además algunas universidades y gobiernos han desarrollado buenas políticas científicas. Pero como he intentado dejar constancia en este articulo, en mi opinión el sistema muestra carencias que debemos resolver sin demora. En nuestra mano está cambiar la tendencia actual para preservar el estatus de España en el complejo e impredecible horizonte científico y tecnológico actual.