Ferrovial se hace grande en América (otra vez)
La compañía con sede en Países Bajos sigue exprimiendo su presencia en el mercado norteamericano con las concesiones de autopistas y las obras de la terminal 1 del aeropuerto JFK


Las señales del enfriamiento de la economía estadounidense y la sorprendente política económica de Donald Trump no parecen pasarle factura a Ferrovial, la compañía neerlandesa que sigue enfocada en crecer al otro lado del Atlántico. El grupo presidido por Rafael del Pino mantiene, según los analistas consultados, prometedoras perspectivas en el país, lugar de donde proceden el 38% de sus ingresos (3.271 millones el año pasado) y un 60% del resultado bruto de explotación (878 millones).
Su plan estratégico Horizon 2026 marcó el rumbo hacia ese mercado con la premisa de levantar “infraestructuras sostenibles”, palabras que casan mal con la nueva era de aranceles y de abolición de lo que huela a verde. “Todavía hay mucha incertidumbre y es pronto para hacer una evaluación concreta de las consecuencias de estas nuevas políticas. Por el momento, estamos analizando las medidas anunciadas y su potencial impacto en nuestros proyectos y en las geografías en las que se encuentran”, responden en la compañía sobre el giro de Trump. Se creen a salvo. “La financiación y las políticas federales pueden influir en la forma en la que los Estados y gobiernos locales promueven la colaboración público-privada, pero la mayoría de los proyectos en los que solemos trabajar se desarrollan a nivel estatal y local”, añaden.
De toda la cartera de pedidos, Norteamérica representa el 49% del total, mientras que Polonia aporta el 25% y España el 14%. Muchos huevos en una cesta que por el momento les ha reportado grandes alegrías. En 2024 el valor sumó a su capitalización casi 6.000 millones de euros aupado por la buena marcha de Wall Street y este año la acción ha alcanzado máximos históricos “y sigue generando expectativas alcistas”, señala Juan José del Valle desde Activotrade. Un inversor lo resumía así hace unos días en un foro de Bolsa sobre la compañía: “Ha entrado en subida libre”, aludiendo a que este año sus títulos se revalorizan un 7% pese a la inestabilidad global. Sus rentables managed lanes, autopistas con tarifas dinámicas que pueden subir o bajar cada pocos minutos según el nivel de congestión (garantizando a los conductores circular a determinada velocidad), y que tienen periodos de concesión muy largos, siguen en el eje de la rentabilidad del grupo. Este martes presentaba los resultados del primer trimestre: sus ingresos se elevan en 2025 un 7% y avanza en todos los negocios, en especial en las autopistas estadounidenses. Cintra, su filial de concesiones, obtuvo de ellas dividendos por casi 900 millones de euros el año pasado, 200 más que en 2023, gracias a que incorporó los primeros pagos de las autopistas I-66 e I-77 en Virginia y Carolina del Norte. “En términos generales registraron un crecimiento de los ingresos significativamente superior a la inflación. Además, experimentaron un sólido aumento del tráfico”, señalan en el grupo.
En construcción de infraestructuras de transporte y gestión de aguas, la empresa espera que a medio plazo siga contando con el impulso de programas de inversión estatales y están atentos a licitaciones “de autopistas y aeropuertos en la costa este de Estados Unidos”.
Está por ver cómo afectará al grupo la desaceleración del mercado norteamericano que se refleja en el PIB del primer trimestre y que seguramente continuará al calor de la guerra arancelaria de Trump. Para Ángel Pérez, de Renta 4, sus autopistas “están en áreas geográficas en las que la actividad económica está funcionando muy bien y con una población al alza. En un momento puntual los tráficos se pueden ralentizar, pero creo que van a seguir creciendo”. Las autopistas, explica Pérez, son activos defensivos que producen un flujo constante de ingresos. Un caramelo para los inversores no exento de riesgos, como ocurrió durante la pandemia, cuando los embotellamientos se terminaron y los usuarios dejaron de pagar por ahorrárselos.
Sea como sea, las previsiones de los departamentos de análisis van en la misma línea: las carreteras continuarán siendo una mina de oro para el grupo. Aunque ninguna estadounidense alcanza el nivel de la canadiense ERT 407 que discurre paralela al anillo de circunvalación de Toronto, considerado el activo concesional más rentable del planeta. Con un 43% del capital en sus manos, en marzo Ferrovial anunciaba la compra de otro paquete por 1.340 millones con el que va a tener el 48% de la infraestructura.
El Nasdaq 100, un objetivo escurridizo
El principal motivo por el que Ferrovial dejó de ser una empresa española estuvo en la Bolsa, más allá de las apelaciones a la seguridad jurídica de Países Bajos que tanto enfadaron al Gobierno español. Desde que comenzó a cotizar en Nasdaq el 9 de mayo de 2024, las acciones se han revalorizado un 26%, pero el 95% de sus títulos se siguen negociando en la Bolsa española, y por ahora no ha logrado ser incluida en el Nasdaq 100, que sirve de referencia para las carteras de numerosos inversores institucionales. “Aún es pronto para hacer una valoración y estamos centrados en incrementar los volúmenes allí. Tenemos seguir trabajando para mantener un contacto más directo con inversores y analistas locales”, responden en la empresa.
Tan importante es la ERT 407 para el resultado del grupo que el mercado dedica páginas y páginas a analizar las oscilaciones de tráfico que registra solo esa carretera, por pequeñas que sean. Un informe de JP Morgan del pasado 7 de mayo basado en los datos del TomTom (navegadores) de los usuarios que la frecuentan encontró que, tras un periodo de descensos por cuestiones meteorológicas los primeros meses del año, en abril muestran tendencias positivas: la circulación aumentó un 24% en comparación con los niveles de 2019. Eso es música para los oídos de la constructora, que se ha convertido en una experta en gestionar el tráfico donde hay gigantescos problemas por la densidad urbana y una normativa muy laxa en cuanto a la fijación de tarifas.
El resto de la actividad de Ferrovial sigue el rumbo marcado por el plan estratégico. Culminada la venta de su participación en el aeropuerto londinense de Heathrow, sus obras en la terminal 1 del aeropuerto JFK de Nueva York entran en recta final. Con alrededor de un 60% de los trabajos terminados, se prevé que esté operativa en 2026 y que el contrato de concesión finalice en 2060.
Mapa de riesgos
El mapa de riesgos del grupo constructor, sin embargo, sigue anclado en su amplia exposición al mercado estadounidense. JP Morgan alude en uno de sus últimos informes a “amenazas políticas a los activos de las autopistas de peaje de América del Norte”, a “la posibilidad de un tráfico de autopistas de peaje más débil de lo esperado” o a una mayor competencia en las ofertas para conseguir nuevos activos. Intermoney añade que la debilidad del dólar podría provocar un sesgo a la baja sobre las expectativas de la compañía. Algo que para Renta 4 no es demasiado importante, porque en EE UU Ferrovial opera como una compañía nacional más a través de sus filiales.
ERT 407, tarifas más altas en su activo más preciado
Una incertidumbre pesa sobre el desempeño del grupo constructor este año debido al llamado “apéndice 22” de su autopista canadiense por la que pasan tres millones de usuarios cada semana. Esa cláusula se refiere a un acuerdo por el que la empresa estará obligada a pagar en 2026 a la provincia de Ontario peajes relacionados con el flujo de los tráficos que registre este 2025. Para compensar los pagos a la Administración, desde Mediobanca explican en un informe que la empresa introdujo el pasado enero nuevas tarifas con una mayor segmentación por tiempo, vehículo y zona “con el objetivo de aumentar aún más la tarifa promedio e incentivar fuertemente el tráfico durante las horas punta”. El beneficio neto en el primer trimestre de esta vía ascendió a 88 millones, un 16% más.
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