Invertir es un viaje más allá de la bolsa
Expertos y participantes de ‘Inversión libre de mitos’, el proyecto de ING, reflexionan sobre las múltiples estrategias para sacar rendimiento a los ahorros y la importancia de tener una educación financiera para ello

Invertir no es solo comprar acciones. Es una manera de entender el dinero, de gestionarlo con estrategia y conciencia. Así se plantea en la nueva entrega de Inversión libre de mitos, el proyecto de ING para hablar con naturalidad sobre la intención de hacer crecer nuestros ahorros. Expertos e inversores ponen en el video sobre la mesa una idea clara: la inversión no se limita al mercado bursátil. “Invertir es manejar tu dinero, no es simplemente entrar en un mercado a la compra de un producto en particular”, señala Feliciano Sánchez (Ciudad Real, 43 años). Para unos y otros, lo importante es poner el ojo en lo que se está invirtiendo con una gestión consciente de los recursos.
La bolsa es una puerta de entrada, pero no el único camino
Álex Pedrosa (San Sebastián, 41 años) plantea la pregunta que muchos se hacen: “¿Por qué crees que muchas personas asocian la inversión con la compra de acciones?”. “Invertir en bolsa es lo más sencillo porque puedes entrar y salir de un día para otro con cantidades muy pequeñas”, responde Francisco Quintana, director de Estrategia de Inversión de ING. Además, “históricamente ha estado más cubierta por los medios, lo que la hace más accesible y, a la vez, más excitante para el público”.
Para Suyin Perret (Caracas, Venezuela, 50 años): “Invertir es crear patrimonio, y eso implica diversificar. La libertad económica no debe depender de una sola pata, que es la bolsa”. En la opinión de otro de los participantes, Fernando Ramírez (Salamanca, 35 años), no existe un producto único para todos los inversores. “Cada uno debe tener varios planes, tanto a corto, medio y largo plazo, porque no sabes qué va a pasar en el futuro”, apunta Ramírez.
Riesgo, volatilidad y la importancia de diversificar
Como explica Blanca Comín, directora de Banca Privada y Wealth de Amundi Iberia, el riesgo de las inversiones es que el comportamiento del activo en el que se está invertido sea diferente a lo esperado: “La forma más habitual de medirlo es la volatilidad, que no es otra cosa que la variación en el precio del activo”. “La mejor forma de amortiguarlo es no estar muy concentrado ni por áreas geográficas ni por sectores, sino diversificar lo máximo posible”, aconseja la experta.
Los participantes de Inversión libre de mitos abordan el papel de las nuevas formas de inversión. “Cualquier producto puede ser una inversión: una cuenta remunerada, acciones, fondos, ETFs [fondos cotizados] o criptomonedas”, señala Feliciano Sánchez. Ramírez comenta su experiencia con las criptomonedas, “un mundo en evolución constante”. “Lo que antes era muy volátil y arriesgado se está transformando, y hoy empieza a parecerse más a un mercado de divisas”, añade.
Los bancos están cumpliendo un rol importante en este cambio acercando la inversión a los particulares. Sin embargo, sin educación financiera no es sencillo poder trazar una buena estrategia.
La educación financiera como base
El experto de ING Francisco Quintana destaca que “la inversión es para mucha más gente de la que creemos”. “Muchos no invierten por una percepción equivocada de la complejidad, cuando en realidad el éxito depende en un 90% de la persona, es decir, de ser constante, paciente y tener sangre fría”.
Sin embargo, no siempre se acierta a la primera. “Empecé la casa por el tejado, compré antes de aprender. Me equivoqué, pero ha sido un camino enriquecedor”, confiesa Ramírez. Suyin Perret comparte su experiencia: “Toqué fondo y me tuve que formar y aprender a invertir para que no me volviera a pasar”.
Pedrosa cree que el mundo de la inversión “es un viaje en el que te vas formando y entrenando con distintos productos”. El principal error entre los inversores es el exceso de confianza, como apunta Quintana, “creer que puedes adivinar los giros del mercado o qué empresas van a subir o bajar”. Para tomar buenas decisiones es crucial conocer bien las empresas en las que se invierte y, sobre todo, dejar a un lado las emociones.

