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La actividad privada de la eurozona roza la parálisis en medio de la tregua arancelaria

La confianza empresarial cae a su nivel más bajo en casi dos años y medio al inicio del segundo trimestre, según el índice PMI

Una trabajadora en una planta de embotellado de aceite en Antequera (Málaga), el 9 de abril.
Luis Paz Villa

La actividad del sector privado del Viejo Continente se ha enfriado al comienzo del segundo trimestre de 2025, al punto de rozar el estancamiento, en un contexto marcado por la guerra comercial. El dato preliminar del índice PMI compuesto de abril ha caído hasta los 50,1 puntos —apenas por encima del umbral que separa el crecimiento de la contracción—, y ha bajado ocho décimas respecto a marzo. Es el avance más débil en cuatro meses, acompañado de una caída de la confianza empresarial al nivel más bajo en casi dos años y medio, y de una reducción acelerada de los nuevos pedidos, según las firmas consultadas por S&P Global y el Hamburg Commercial Bank (HCOB) para elaborar el indicador. La ofensiva arancelaria iniciada por Trump y la subsiguiente tregua de 90 días a los llamados “aranceles recíprocos” para los mercados con superávit comercial como la Unión Europea (a cuyas importaciones el presidente estadounidense dijo que impondría una tasa del 20%), mantienen al sector en vilo. Y ello en un contexto en que la Unión Europea ha prometido mayor gasto, entre otras cosas para reforzar su autonomía defensiva.

El economista jefe del HCOB, Cyrus de la Rubia, señala que el sector servicios “se ha convertido en una especie de aguafiestas”, dado que su actividad comercial se ha contraído en lugar de continuar la senda de expansión casi ininterrumpida que sostuvo desde febrero de 2024. En concreto, los servicios han apuntado una lectura adelantada de 49,7 puntos en abril, lo que supone una significativa caída al territorio negativo tras marcar 51 puntos en el mes de marzo.

Mientras tanto, la industria ha mostrado más resistencia, pese a los aranceles generales del 10% y tarifas sobre las importaciones de automóviles del 25% aprobadas por Trump a principios de abril. Aunque permanece por debajo del umbral de crecimiento, el PMI manufacturero ha avanzado desde los 48,6 puntos del mes anterior hasta 48,7, su mejor resultado en 27 meses.

“La mayor parte de los fabricantes de la zona euro no están demasiado inquietos; en lugar de derrumbarse, han aumentado la producción por segundo mes consecutivo”, reconoce De la Rubia. Asegura que esta tónica se ha beneficiado del aumento del gasto en defensa anunciado por el bloque, así como de la caída de los precios de la energía, debido a los temores de recesión en Estados Unidos, a los que califica de “una bendición” para este sector.

Las dos principales economías de la eurozona, Alemania y Francia, han lastrado el resultado del bloque, mientras el resto de los miembros continuó dando pasos adelante, aunque con un ritmo de expansión ligeramente inferior al observado en marzo. La locomotora alemana experimentó una disminución de la actividad empresarial por primera vez en cuatro meses en abril, aunque según De la Rubia, el mayor gasto fiscal en infraestructuras previsto por Berlín “debería beneficiar no solo al sector industrial sino también al sector servicios, aunque con un poco de retraso”. El experto también observa que “el riesgo constante de colapso político en medio de una frágil situación de deuda”, podría explicar la debilidad pronunciada en Francia.

Empleo y respiro inflacionario

Acorde al panorama de la actividad total, no se registraron grandes cambios en el empleo y los fabricantes continuaron reduciendo las compras. Pese a la falta de creación de empleo en general, la caída sostenida de los nuevos pedidos facilitó que las empresas pudieran volver a poner al día los pedidos pendientes de realización en abril, que con esta lectura encadenan veinticinco meses a la baja. No obstante, la última reducción fue la menos marcada en poco menos de un año.

Por su lado, las presiones inflacionistas disminuyeron, ya que los costes de los insumos y los precios de venta aumentaron a tasas más débiles. De la Rubia apunta que el Banco Central Europeo “está recibiendo un leve respaldo para su postura de recorte de tipos de los indicadores de precios en el sector servicios, que las autoridades monetarias están siguiendo de cerca”. Advierte que en el sector manufacturero, los precios muestran un comportamiento mixto: Los costes de los insumos han revertido su tendencia inflacionaria de los últimos cuatro meses y han caído, mientras que los precios de venta han aumentado un poco más que en marzo, pero todavía de forma moderada.

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