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La recaudación del impuesto de sociedades alcanza niveles de la burbuja por los altos beneficios empresariales

El impuesto que grava a las empresas ingresa casi 40.000 millones de euros en 2024, una cifra no vista desde 2007

El principal selectivo de la Bolsa española, el Ibex 35.
Pablo Sempere

Los ingresos tributarios en España crecieron en 2024 más de un 8% anual, hasta rozar el récord histórico de los 295.000 millones de euros. Aunque todos los grandes impuestos —el IRPF, el IVA, sociedades y los especiales— aportaron su grano de arena para conseguir estos números, el que más lo hizo fue el que afecta a las empresas, con un avance del 11,5% respecto a 2023 y una recaudación de 39.096 millones de euros. Es la cifra más elevada que registra esta figura tributaria desde hace casi dos décadas, ya que para encontrar niveles similares hay que remontarse al periodo previo al estallido de la burbuja inmobiliaria.

En 2006, los ingresos por el impuesto de sociedades llegaron a los 37.000 millones de euros, para escalar a los 44.800 millones un ejercicio después. Sin embargo, la recaudación se hundió más de un 60% a partir de la crisis financiera de 2008, y en los años más duros de aquella larga recesión apenas alcanzaron los 16.000 millones de euros para irse recuperando luego muy lentamente. Una historia similar se atisbó en 2020, el año de la crisis sanitaria vinculada a la covid-19. Entonces, los ingresos empresariales cayeron a 15.800 millones, aunque el rebote posterior ha sido más rápido y abultado.

Todo ello se ha producido, además, pese a un contexto marcado por una serie de cambios normativos y de gestión que han operado en contra de los ingresos públicos en 2024, según explica la Agencia Tributaria en su informe de recaudación mensual, publicado este lunes, del que se extraen todos los datos.

Según apunta el organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, el crecimiento de la recaudación en 2024 “estuvo limitado por el impacto” de una serie de modificaciones normativas y legales que, en el caso del impuesto sobre sociedades, restaron casi 2.200 millones de euros en recursos. En este golpe a los ingresos destaca la anulación de la reforma del impuesto de sociedades que acometió el Gobierno del PP en 2016, decretada en enero de 2024 por el Tribunal Constitucional. Sin estos reveses y cambios, el aumento de los ingresos públicos en este gravamen habría sido del 18%, casi siete puntos más que el dato final. Por todo ello, la Agencia Tributaria prevé que los beneficios netos de las empresas, que son aquellos que quedan tras rendir cuentas con Hacienda, crezcan más de un 13% en 2024.

El beneficio declarado en los pagos fraccionados (que funcionan como un adelanto que las compañías abonan a Hacienda) por las grandes empresas y los grupos creció más del 12%, alcanzando casi el 15% en las primeras y poco más del 11% en los segundos. “El aumento de esos pagos fraccionados (alrededor del 11%) estuvo en línea con esos beneficios y, lógicamente, al ser el componente de más peso dentro del impuesto, determinó los resultados de toda la figura”, razona la agencia.

En cuanto al IRPF, los ingresos avanzaron un 7,6% durante el pasado ejercicio, hasta los 129.408 millones. Este impuesto, no obstante, también se vio afectado por los cambios normativos, que supusieron una pérdida de unos 3.200 millones, calcula la agencia. De esta manera, sin este impacto, “el aumento de los ingresos sería del 10,2%, cifra compatible con un crecimiento de la renta de los hogares en el entorno del 8,5% y la subida del tipo efectivo derivada del incremento de salarios y pensiones”.

Según detalla la agencia, el crecimiento de los ingresos se basó, fundamentalmente, en el aumento del empleo y de los salarios y en la favorable evolución de las retenciones procedentes de los rendimientos del trabajo y del capital mobiliario. Sin embargo, otros organismos, como el Banco de España, la Autoridad Fiscal o Funcas, han resaltado recientemente el impacto que ha tenido en los ingresos la inflación y el impacto de la progresividad en frío, un fenómeno que se produce cuando la escala del impuesto no se actualiza con el IPC. La agencia, no obstante, pone el foco en una serie de medidas implementadas por el Gobierno como el incremento de la reducción por los rendimientos del trabajo, que han restado casi 1.500 millones a las arcas públicas.

Como curiosidad, el informe recoge una pérdida de ingresos de casi 600 millones en el impuesto de solidaridad de las grandes fortunas, fruto de la reactivación del impuesto de patrimonio por parte de las comunidades autónomas a fin de quedarse en sus arcas con un dinero que, de lo contrario, habría ido a parar a la Administración central.

En lo relativo a los impuestos indirectos, los ingresos por el IVA crecieron un 7,9%. Por un lado, el gasto final sujeto al impuesto aumentó en el entorno del 6%. Por el otro, hasta alcanzar el incremento de los ingresos, hay que mirar a la progresiva eliminación de las rebajas de tipos en los productos energéticos, además de a la existencia de otras medidas con impacto positivo en los ingresos (aplazamientos, ingresos y devoluciones extraordinarios), según destaca la agencia. En total, todos estos elementos elevaron la recaudación en más de 1.700 millones.

Por su parte, el crecimiento de los ingresos por los impuestos especiales fue del 6,6%. Hay que tener en cuenta, destaca el informe, que en 2024 se recuperó el impuesto sobre la electricidad, “residual desde septiembre de 2021 al reducirse el tipo desde el 5,11% al 0,5% para compensar parte de la subida de los precios”. Además, en 2024 se contó con los 12 meses del impuesto sobre envases de plástico no reutilizables, introducido en 2023. “Si se corrige la recaudación por estos dos motivos, que supusieron algo más de 1.000 millones, el aumento de los ingresos habría sido tan solo del 1,7%”, destaca la agencia.

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Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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