El Banco de México vuelve a salir al rescate de un peso en crisis

Con las Navidades han vuelto los problemas para la divisa mexicana. Tras arrancar el año y la presidencia de Donald Trump en mínimos históricos, el peso logró una cierta estabilidad con el transcurso de los meses. Pero de nuevo Trump, esta vez con una afilada reforma fiscal, una explosiva campaña electoral en el horizonte y la proverbial sequedad del mercado en estas fechas, han provocado un nuevo derrape en su baile cambiario con el dólar. Las ventanillas de los bancos vendían este martes cada billete verde por más de 20 pesos. El Banco de México volvió a salir a escena para taponar la hemorragia.

Las alarmas se encendieron la semana pasada, con una caída del 3,3%, la mas acusada desde el inicio de la era Trump, que hundió la divisa a cotas mínimas desde hace nueve meses. En el mercado interbancario, el termómetro más fiable antes de pasar a las ventanillas, los bancos llegaron a venderse cada dólar por 19,4. Ayer lunes, día de Navidad, una de las jornadas con menos liquidez del año por el cerrojo de las mayoría de las plazas financieras, el listón llegó a tocar los 19,8.

El cortafuegos de este martes ha sido, de nuevo, el Banco de México. El supervisor salió al rescate reactivando un mecanismo extraordinario que nació en febrero, en pleno incendio por la nueva presidencia en EE UU. El plan: hasta 20.0000 millones de dólares en contratos de futuros pagados por el banco central y ofrecidos en subasta a las empresas nacionales para que se cubran frente a la fluctuación del tipo de cambio.

El Banco de México liberó este martes coberturas por 500 millones en total repartidas en dos subastas consecutivas con vencimientos a 1 y 2 meses. Como en febrero, la medida tuvo un buena recepción en le mercado. La demanda volvió a superar con creces la oferta y el tipo de cambio promedio fue de 19.6256 pesos por dólar para el vencimiento a 1 mes, y un tipo de cambio de 19.6918 pesos por dólar para el vencimiento a dos meses.

Los instrumentos subastados, las conocidas como coberturas, suponen una herramienta de control cambiario menos invasiva en el mercado, a diferencia de las subidas de tipos de interés –situados en el actual 7%, tras más de 10 subidas consecutivas– y de la venta de las reservas de dólares que tiene en sus arcas, las dos armas clásicas para luchar contra la depreciación.

La respuesta del peso fue una apreciación inmediata de casi el 1%, hasta situarse en el baremo de las 19.5 unidades por dólar. Contribuyó también la leve caída del índice dólar en la canasta de divisas internacionales y la cotización al laza del precio del crudo. Estas variables auparon a todas las divisas de países en desarrollo, menos a la mexicana. A medida que avanzó la sesión, el peso se dio la vuelta y acabó cerrando con una depreciación de 0.71%, para situarse en los 19.89 unidades por dólar.

Ante la sequía de indicadores financieros por la temporada navideña, el peso está abocado en esta fechas a buscar dentro de México impulsos y frenos. “Se prevé que el inicio de 2018 semana pasada -apuntan los analistas de Banco Base- sea de alta incertidumbre por la renegociación del TLCAN, las elecciones presidenciales en México y los posibles efectos de la reforma tributaria de Estados Unidos sobre los flujos de capitales del país. A esto se suma que hay una mayor volatilidad debido a la baja liquidez del mercado que caracteriza las últimas sesiones del año”.