La productora de Pocoyó gana un 97% menos de lo que había prometido

El futuro de Zinkia se complica por momentos. La productora de Pocoyó había estado retrasando la información financiera correspondiente al ejercicio 2013 que le pedía el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). La compañía se había limitado a decir que las cifras finales se separarían en más de un 10% a los objetivos que se había marcado, pero se negaba a decir la desviación concreta alegando que aún le faltaban algunos datos. Ante la insistencia del MAB, Zinkia ha comunicado a la CNMV el desfase final, y las cifras hablan por sí solas. En 2013 la facturación fue de 13,2 millones de euros, un 41% por debajo de lo previsto, y el beneficio bruto de explotación (Ebitda) se quedó en 336.221 euros, un 97% menos.

El comunicado, además, matiza que estas cifras son provisionales, no han sido aprobadas por el consejo ni auditadas y aun pueden sufrir "variaciones significativas" ya que la compañía aún no ha recibido la información completa de clientes relativa al último trimestre del año así como no hay datos de una de sus filiales, Cake Entertainment.

Zinkia se encuentra en preconcurso de acreedores desde octubre pasado. El próximo 28 de febrero acaba el plazo legal para buscar un plan de refinanciación o suspender pagos. Esta semana la empresa ha celebrado una junta de accionistas en la que, aparte de dar poderes al consejo para intentar una nueva emisión de bonos (la última tentativa tuvo que ser abortada hace tan solo unos meses ante la falta de demanda y la serie advertencia de la CNMV a los posibles compradores de las obligaciones), el presidente y máximo accionista, José María Castillejo, incluyó a última hora un nuevo punto en el orden del día para echar del consejo a dos administradores críticos con su gestión.