Inquietud entre las empresas españolas por las consecuencias de la expropiación

El Gobierno argentino solo ha arremetido contra Repsol, pero el tono populista y nacionalista con el que se presentó la medida ha provocado inquietud entre algunas de las más importantes empresas españolas radicadas en ese país. Para ellas, existe alto riesgo es que crezca un sentimiento anti-español, máxime por el enfrentamiento entre Gobiernos.

Por motivos obvios, estas empresas piden el anonimato al comentar la situación. Coinciden al anticipar malos tiempos para la economía argentina, incluso alguno habla de una devaluación del peso a medio plazo. "Han aprovechado la debilidad política y económica de España, pero la mala reputación jurídica es para Argentina", dicen. La sensación de que se está enturbiando el ambiente está justificada. El lunes, la presidenta argentina Cristina Fernández dijo: "No tenemos problemas con las rentabilidades" de las empresas. Tras la aclaración, añadió: "Que se fijen en las rentabilidades de las empresas telefónicas, algunas cuyos accionistas son de origen español, que nos sometieron a un apagón hace poquito, así que espero que el ministerio también actúe en consecuencia prontamente, o los bancos extranjeros que obtienen ganancias". Horas después el Gobierno pidió que esta alusión "no sea el principio de una escalada" contra las empresas españolas.

Telefónica, Santander, BBVA y Mapfre son líderes en sus respectivos sectores y tienen millones de pequeños clientes por la naturaleza de sus negocios. Este es su punto débil ante un posible ataque populista por parte del Gobierno.

Los bancos españoles han sufrido una nueva legislación que impide el repatriamiento de dividendos en 2011 y 2012. Sus inversiones están provisionadas y no superan el 5% del beneficio. Un tercio de la banca ya es pública. Adecco España controla la filial argentina, donde tiene 70 oficinas. Enrique Sánchez, presidente en España, consideró ayer "brutal" y "un paso atrás" la decisión sobre Repsol.