A un paso de la esclavitud
Los llaman minijobs, pero realmente no son ni siquiera contratos basura.
Son sencillamente el escalón previo a la esclavitud y, por eso, su denominación correcta debería ser la de los "minisiervos". Aunque digan que son contratos, en realidad no lo son. Se trabaja un número de horas, con el calendario y horario que dicte el amo y se cobra un dinero que el señor determina a voluntad. El máximo es de 400 euros, pero no hay tope de mínimos. No hay cobertura de Seguridad Social, no se cotiza y tampoco hay derecho a indemnización. Hay despido cuando al dueño le da la gana y llegado a esto no se tiene derecho a ninguna prestación de desempleo ni indemnización.
Esto recuerda a la relación medieval del amo y el siervo. Al trabajo meritorio de finales del siglo XIX y principios del siglo XX en el que después de trabajar como cualquiera, el señor te daba en un sobre una especie de propina, según su voluntad.
No nos engañemos con eufemismos, en eso estamos y tras la regresión a la Edad Media, vendría el siguiente paso, la esclavitud.
Pasar de esclavo a siervo costó millones de muertes y sufrimientos inconcebibles, tantos como pasar de siervo a trabajador. Lo que más me preocupa en que todos esos sufrimientos y muertes de la humanidad tuvieran que suceder de nuevo para rehacer el camino que ahora se pretende desandar.
Puede parecer exagerado, o quizás no, porque también hay que tener claro que lo de "sangre, sudor y lágrimas" al dinero, al capital o, como lo llaman ahora, a los mercados, está claro que se la trae al fresco.
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